Según los datos oficiales proporcionados por las comunidades autónomas al Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente, publicados este jueves y recogidos por Servimedia, en los cinco primeros meses de este año se produjeron en España un total de 3.850 siniestros, de los cuales 1.458 fueron incendios (que arrasaron al menos una hectárea de superficie) y 2.392 conatos (con menos de una hectárea quemada).

El número de incendios casi duplica los 753 que se declararon entre enero y mayo del año pasado, si bien las hectáreas abrasadas suponen un incremento cercano al triple en relación a las 7.914,11 de 2013.

No obstante, hay que tener en cuenta que el año pasado fue el mejor de la última década. De hecho, la media de incendios entre enero y mayo desde 2004 es de 2.642 (un 44,8% más que en 2014) y la de hectáreas forestales quemadas asciende a 29.100,94 (un 26,5% más).

De la superficie quemada este año, que corresponde al 0,078% del territorio nacional, 2.457,72 hectáreas corresponden a vegetación herbácea (pastos y dehesas) y el resto, a vegetación leñosa, concretamente 16.535,82 hectáreas en matorrales y monte abierto, y 2.387,89 en superficie arbolada.

El noroeste de España (Asturias, Cantabria, Galicia, País Vasco y las provincias de León y Zamora) concentró un 47,92% de los incendios y conatos forestales, en tanto que el resto se repartieron entre las comunidades interiores (29,61%) y el área mediterránea (22,47%).

Sin embargo, las regiones mediterráneas registraron un 42,59% de la superficie arbolada quemada, por delante de las del noroeste (39,92%) y de las comunidades interiores (17,49%).

En cuanto a la superficie forestal abrasada, la gran mayoría corresponde al noroeste (61,81%), seguida del área mediterránea (30,22%) y de las comunidades interiores (7,97%).