Los detenidos llegaron a la Audiencia Nacional en seis furgones policiales pasadas las 8.00 horas para pasar a disposición judicial. Dos de sus familiares permanecieron en la puerta con la esperanza de poder verlos, ya que el protocolo que se aplica a acusados de presunto terrorismo establece la incomunicación de los detenidos.

Las detenciones se llevaron a cabo en el marco de una operación conjunta de la Comisaría General de Información de la Policía y el Servicio de Información de la Guardia Civil contra una red que presuntamente se dedicaba a enviar a personas a campamentos de Al Qaeda en Siria, Malí y Libia.

Todos son españoles y entre ellos figura el primer caso de un retornado desde Malí que se unió a la rama del grupo terrorista en el Magreb, AQMI, asentado en el Sahel, y que secuestró y mantuvo cautivo a varios cooperantes españoles.

En esta operación se han realizado ocho registros y las detenciones de Mustafá Al Lal Mohamed, Benaissa Laghmouchi Baghdadi, Kamal Mohamed Dris, Rachid Abdel Nahet Hamed, Mohamed Mohamed Benali y Mustafá Zizaoui Mohan.

Todos ellos fueron trasladados por vía aérea a la Península, donde aterrizaron a primera hora de la tarde del viernes. Después fueron trasladados a las instalaciones policiales de Canillas en espera de su declaración ante el juez.

El retornado de Mali es Benaissa Laghmouchi Baghdadi, que habría pasado en torno a ocho meses en Siria. De vuelta en España se habría convertido en un jefe de una célula yihadista, cuya misión era la de captar nuevos combatientes. Laghmouchi está supuestamente relacionado con el Movimiento para la Unicidad y la Yihad en África Occidental (Mujao), una organización formada a partir de una ramificación de Al-Qaeda en el Magreb en 2011.

Fuentes policiales sospechan que alrededor de mil marroquíes que han estado combatiendo en Siria van a regresar en las próximas semanas o meses a su país de origen. Hace unos días, uno de estos individuos se presentó en un consulado español en Turquía manifestando su deseo de regresar a Melilla, tras haber pasado unos meses en Siria.

La red desmantelada había establecido una importante vía de apoyo en Melilla y Nador (Marruecos), donde un grupo de personas realizaba tareas de captación, adoctrinamiento y financiación, además de facilitar los medios necesarios para el traslado de los yihadistas a los destinos concertados. Este grupo de apoyo fue parcialmente desarticulado en Marruecos a finales del 2012, con la detención de veintinueve de sus miembros.

La red yihadista desmantelada habría enviado al menos a 26 yihadistas (24 marroquíes y 2 españoles) a los grupos terroristas de Al Qaeda en el Sahel, concretamente al grupo terrorista Mujao, según el Ministerio del Interior.