Murcia. La nueva directora general de Innovación considera que su sordera "ha sido el motor" de su vocación política

MADRID
SERVIMEDIA

Celia Martínez Mora, recién nombrada directora general de Innovación de la Consejería de Industria del Gobierno de Murcia, considera que su sordera “ha sido un motor a propulsión” de su vocación política.

Según explicó a Servimedia, la sordera, consecuencia de una meningitis que le llevó a perder instantáneamente la audición en ambos oídos, le creó “muchas dificultades” en la etapa universitaria, donde obtuvo el doctorado en Ingeniería Agrónoma, por la inexistencia de intérpretes de lengua de signos, tutorías o apuntes de refuerzo. “No existía soporte alguno específico para persona sorda por parte de la universidad siendo además una titulación técnica de muchas explicaciones orales que precisaban comprensión”.

Pero nunca pensó en abandonar. “Sí me agoté, tuve algún problema de salud provocado por la ansiedad que generaba la impotencia, pero nunca pensé abandonar. Ese verbo no lo he aplicado en mi vida”, aclara. Al contrario, la sordera le ha supuesto “un fortalecimiento de autoestima y “un afán por superar barreras y nuevos retos. Al final, ha sido una apertura a las sorpresas de la vida”.

En 2007, a los 34 años, el PP de San Javier le propuso formar parte de la lista a las elecciones municipales, y ella aceptó, sin que la sordera fuera un factor disuasorio, sino “un motor a propulsión” de su vocación política. En el Ayuntamiento se ocupó de la Concejalía de Igualdad, Medio Ambiente, Agricultura y Parques y Jardines. De aquella época dice sentirse especialmente orgullosa de la creación del Consejo Municipal de Igualdad, la unión y participación entre asociaciones de mujeres, la inclusión de las discapacidades en temas de igualdad de oportunidades y la creación de la Mesa Local de Coordinación contra la Violencia de Género.

Investigadora en el Instituto Murciano de Investigación y Desarrollo Agrario y Alimentario (Imida), el miércoles pasado su carrera dio otro paso cuando el consejero de Industria, José Carlos Ruiz, a quien dice que conoció ese mismo día, le propuso llevar la Dirección General de Innovación. La invitación le produjo “sorpresa y satisfacción”, y acomete la tarea con “ilusión, espíritu de innovación y lucha”, convencida de que “España y la Región de Murcia en concreto, tienen una materia prima excelente en todos los aspectos”, aunque “precisan una mayor eficacia a la hora de mostrar los resultados y ser competitivos”.

Asegura que la discapacidad le ha llevado a desarrollar su “sentido analítico y experimental”, propio del método científico, y “una buena dosis de visión priférica y agilidad mental” para anticiparse a las situaciones o deducir cosas “de forma intuitiva basada en gestos o posturas”. No obstante, reconoce que “rotundamente, sí” se pierden matices y connotaciones al no percibir el tono de voz.

LENGUA ORAL Y LENGUA DE SIGNOS

Para superar esas limitaciones, y aunque ella prefiere la lengua oral porque es en la que se ha educado y le resulta más fácil expresarse, le parece “imprescindible” contar con un buen intérprete de lengua de signos. “La lengua de signos es esencial para las personas sordas. Considero que la educación debe ser en ambas en la medida de lo posible. Deben ser simbióticas, no excluyentes. Cada persona sorda debe poder elegir y para ello es preciso se implante de forma efectiva la lengua de signos.

“Si existiera un subtitulado a tiempo real para cada intervención también sería muy útil”, sugiere a sus nuevos compañeros de Gobierno. Y, por supuesto, la propia tecnología en la que ella es especialista también aparece como un importante factor igualador. “Es imprescindible para las personas con discapacidad”, subrayó.

Martínez no quiere ni esconder la suya ni servirse de ella. “Nunca jamás utilizaría la sordera para crecer profesionalmente, como nunca jamás ocultaría que soy una persona sorda y que no es una anécdota”, aclara, para a continuación detallar: “Los referentes en la comunidad sorda son esenciales porque (sus miembros) adolecen de falta de comunicación, es su barrera. Y tenerlos siempre puede animar a otras personas. Pero el éxito profesional nunca lo debe dar una discapacidad. No es la lástima lo que debe impulsar a valorarnos, sino la valoración de nuestra trayectoria global personal y profesionalmente hablando”.

Por si ella puede ser uno de esos referentes, se despide con un mensaje: “Todo es posible con esfuerzo. Pero, aunque el esfuerzo sea individual o del círculo cercano, hay que hacer partícipe a la sociedad. La discapacidad es una lucha conjunta porque cualquiera puede tenerla y es un universo amplio, por lo que hay que conocerlas. Los ejemplos de personas integradas son maravillosos siempre y cuando no hayan sufrido hasta la agonía en el intento. Los referentes, esenciales. Pido voluntad y esfuerzo colectivo, de todos y todas”.

(SERVIMEDIA)
27 Abr 2014
KRT/man/pai