En una entrevista en Cope recogida por Servimedia, Zapatero destacó el "clima cordial" que los tres expresidentes vivos, él mismo, Felipe González y José María Aznar, vivieron en la capilla ardiente de Suárez. Compartir ese momento, aseguró, fue "institucionalmente significativo, importante".

Zapatero subrayó que España es un país "relativamente joven en términos democráticos" y tiene pautas aún "no consolidadas". En ese sentido, considera "razonable" la despedida a Suárez, que se regula según lo aprobado en su etapa de Gobierno, porque no había precedente ni protocolo para despedir a los expresidentes.

Cree que las instituciones han estado a la altura de las circunstancias y se ha dado un "ejemplo de unidad" y una "imagen muy razonable".

Aunque reconoce la necesidad de "recuperar los afectos" entre las diversas posiciones políticas, abogó por ensalzar los valores de Adolfo Suárez y su legado.

En la capilla ardiente, aseguró, fue "de las veces que más desenfadado estuvo el ambiente" entre los expresidentes, "y seguramente el espíritu de Adolfo Suárez pudo influir en eso".