“Soy usuario de los aviones, no tengo la capacidad de decisión de cambiarlos”, dijo el ministro en Manila (Filipinas), donde se encuentra de visita oficial y donde fue preguntado sobre si el Ejecutivo debería comprar otro avión para evitar estos problemas.

Añadió que no podía responder a si hace falta comprar otra aeronave y, en tono de broma y dirigiéndose a los periodistas que le acompañan en su gira asiática, dijo: “Espero que tengamos suerte, porque ustedes nos acompañan también”.

Margallo hizo estas consideraciones en una rueda de prensa en la capital filipina, donde este lunes se entrevistó con las autoridades del país, firmó un acuerdo de cooperación y participó en un almuerzo con empresarios. El ministro estará también esta semana en Vietnam y Malasia.

Respecto a la cuestión de los aviones, se da la circunstancia de que la delegación que acompaña al responsable de Exteriores en su gira asiática embarcó el sábado desde la base aérea de Torrejón de Ardoz momentos después de que llegara la aeronave que traía a la Reina de Guatemala, que también había usado para su viaje un Airbus 310. Este segundo avión sufrió un problema en el regreso y debió permanecer dos horas estacionado en el aeropuerto de Santo Domingo (República Dominicana) hasta que los mecánicos españoles solventaron el problema.

Los dos Airbus coincidieron en la pista de aterrizaje de Torrejón antes de que Margallo y la delegación que le acompaña emprendiera el vuelo hacia Filipinas. Esta circunstancia se produjo después de que el sábado el Ministerio de Defensa anunciara que su titular, Pedro Morenés, se reuniría con responsables de su departamento para analizar la racha de averías en las aeronaves oficiales.

No obstante, el viaje del titular de Exteriores hasta Manila se produjo con toda normalidad. Tras despegar hacia las dos menos diez del sábado de la capital española, la aeronave voló durante unas seis horas y media hasta Abu Dabhi (Emiratos Árabes), donde hizo una escala técnica para repostar combustible. Una hora y media después, la comitiva retomó el viaje hacia la capital filipina, a la que llegó hacia las seis y media de la mañana del domingo, hora española.