Según el protocolo diseñado, el féretro de Suárez bajará por la Carrera de San Jerónimo en dirección a la Puerta de los Leones, que sólo se abre en algunos momentos solemnes.

El féretro llegará precedido de un retén de la Policía Municipal y seguido por otros dos de la Guardia Civil y la Policía Nacional. Llegará cubierto por la bandera de España y será portado hasta su emplazamiento en la capilla ardiente por un grupo de militares.

En la escalinata del Congreso será recibido con los acordes del himno nacional por el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy; los presidentes del Congreso, Jesús Posada, y del Senado, Pio García Escudero; del Tribunal Constitucional, Francisco Pérez de los Cobos; y del Tribunal Supremo, Carlos Lesmes.

Lo que todavía es una incógnita es el momento en que los Reyes visitarán la capilla ardiente. Después de los primeros actos institucionales de despedida, la capilla ardiente se abrirá al público en general.

Según dijo Posada a las puertas del Congreso, éste es el lugar más idóneo para que todos los ciudadanos tengan la “oportunidad de rendir el último homenaje” al primer presidente de la democracia.