Las investigaciones de la llamada 'Operación Tamuja' comenzaron tras la denuncia de una empresa distribuidora oficial en España de vehículos eléctricos y sus accesorios, y detectaron varios vehículos que habían sido manipulados con alteración de la capa de pintura y devastado del número original con herramientas especiales para tapar o alterar etiquetas o marcas originales de fabricación.

En una de las naves registradas en Alicante se encontró una cabina de pintura rudimentaria, construida con planchas de cartón y recubierta interiormente de plástico, con restos de pintura pulverizada para el repintado de las piezas.

La empresa habría suministrado durante el último año bicicletas eléctricas y motocicletas de otras marcas comerciales de similares características con las etiquetas de una conocida empresa china, con la que aseguraba haber firmado un contrato en exclusividad.

Concluidos los registros, se procedió a la detención de J.M.B., de 50 años de edad, y de M.M.M., de 34, vecinos de Alicante, como presuntos autores de delitos de estafa, falsificación y contra la propiedad industrial.

Al inspeccionarse los 23 concesionarios relacionados en toda España con la venta y distribución de bicicletas y motocicletas eléctricas, y tomarse declaración a 19 particulares que las habían adquirido, se detectaron 358 vehículos, de los cuales fueron intervenidos 298.