La FICR señaló que cerca de 700.000 sursudaneses se han visto obligados a desplazarse internamente en su país, en tanto que otros 145.000 han huido a los países vecinos Etiopía, Kenia, Sudán y Uganda.

Desde el estallido de la violencia, la federación apoya a la Cruz Roja de Sudán del Sur en la prestación de asistencia a los desplazados internos en asentamientos temporales en Juba y el Condado Aweiral, a través de la gestión de los puntos de distribución de agua, y la higiene y la promoción de la salud. Un total de 169 voluntarios están involucrados en esta operación.

El secretario general adjunto de Cruz Roja de Sudán del Sur, John Lobor, apuntó que “las condiciones en los asentamientos temporales son un gran desafío para las familias que han tenido que dejar casi todo atrás”.

"Por ejemplo, las instalaciones de saneamiento no pueden satisfacer adecuadamente las demandas de los miles de personas que están siendo alojados. Como las lluvias se acercan, no es probable que sea un brote de enfermedades transmitidas por el agua. Nuestros voluntarios visitan los campamentos de día para reforzar los mensajes de promoción de la higiene para evitar una crisis", explicó.

La FICR consideró difícil llevar a cabo evaluaciones para obtener una imagen verdaderamente precisa de cuántas personas están necesitadas debido a la continua inestabilidad de muchas partes de Sudán del Sur.

"Las familias están viviendo en condiciones muy difíciles, lejos de su entorno habitual, y están en necesidad de casi todo. Durante los próximos 12 meses, vamos a ayudarlas con refugio y artículos básicos para el hogar, servicios de salud y agua, saneamiento e intervenciones de higiene", dijo Finn-Jarle Rode, representante regional de la FICR para África Oriental.