Según Paul Clements-Hunt, responsable de la Iniciativa Financiera del Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente, el 85% de los fondos necesarios para financiar la lucha contra el cambio climático procederá de fuentes privadas, por lo que estos inversores desempeñarán en el futuro una importante labor en la necesaria transformación a una economía con bajas emisiones de CO2 y eficiente en el uso de recursos.

Una de las causas de que no se haya reconocido la importancia de la inversión privada en la lucha contra el cambio climático ha sido que las naciones en vía de desarrollo se han opuesto a la introducción de referencias a ello en los acuerdos alcanzados en Copenhague, argumentando que esto podría suponer una menor inversión pública por parte de los países desarrollados.

Por ello, los inversores del sector privado reclaman que se reconozca su papel en los acuerdos que se alcancen en las próximas cumbres para el clima de Naciones Unidas, que se prevé se celebren en Bonn (Alemania) y México a lo largo de 2010.