En una entrevista en TVE recogida por Servimedia, Rubalcaba subrayó que en esa Convención “hay gente que no ha ido, gente que se ha ido” y no han abordado asuntos como la reforma del aborto, “que les divide”, y por ello la forma de “salir” de esa cita “es meterse conmigo”.

Aseguró que esa forma de actuar “dice muy poco del señor Rajoy y dice mucho de ese pulso autoritario que tiene el PP” y ante el que dejó claro que, pese a pretenderlo, “no me van a callar”.

De hecho, insistió en su idea de que hay colectivos en España para quienes “lo peor está por llegar”, por ejemplo los becarios que han perdido su beca, los pensionistas que perderán poder adquisitivo por la reforma del sistema, los enfermos crónicos que tendrán que pagar sus medicamentos cuando estén hospitalizados, los desempleados que pierdan la tarjeta sanitaria por buscar trabajo fuera de España o las mujeres afectadas por la modificación de la ley del aborto.

Es a todos ellos a quienes tiene que dirigirse Rajoy, aseguró, “no a mí”, y le emplazó por ello a escuchar a esos ciudadanos en vez de “mandar callar a la oposición”.

Rubalcaba reconoció que la bajada de la prima de riesgo “es importante” para la economía española, pero la atribuyó al Banco Central Europeo, y acusó a Rajoy de haber apostado por un modelo de salida de la crisis cuyo principal efecto es el empobrecimiento de las clases medias.

“Le molesta que se lo diga, pues qué le vamos a hacer. Me tiene que oír, pero más que a mí, a la gente”, insistió el dirigente socialista, que ironizó además con el dinero que se ha gastado el PP en organizar esa Convención “para meterse con Rubalcaba”.

El líder socialista aseguró además que no tolera comparaciones de oposición, porque la que hace el PSOE es “radicalmente distinta” a la que hizo el PP, por ejemplo cuando Cristóbal Montoro emplazó a la portavoz de Coalición Canaria a “dejar caer a España, que ya la levantaremos nosotros”.

El problema, dijo, es que el Gobierno no está pensando en los ciudadanos al tomar sus medidas, y eso se ve por ejemplo con la reforma del aborto, donde ha optado por satisfacer a la “extrema derecha” en vez de a las mujeres.