PIB. Los obispos defienden que la recuperación económica “no sólo tiene que estar en las cifras” y debe llegar a la población
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El secretario general y portavoz de la Conferencia Episcopal Española (CEE), José María Gil Tamayo, denunció este jueves que la recuperación económica, para considerarse tal, debe “llegar a la población”, especialmente a la más desfavorecida, porque si no, se abren fisuras “peligrosas” para la convivencia.
Gil Tamayo hizo esta defensa de los más pobres durante una rueda de prensa en la que informó sobre los contenidos de la 230 Comisión Permanente de la CEE, celebrada el martes y el miércoles y en la que se trazaron las directrices a seguir la próxima primavera para la renovación de los principales cargos del Episcopado, salvo el de secretario general, nombrado el pasado noviembre.
“La usura atenta contra la dignidad del ser humano porque impide su desarrollo y lo bloquea en el ámbito de un bienestar necesario. La noticia de ese porcentaje de niños en España en peligro de exclusión nos hace pensar de que la recuperación económica no sólo tiene que estar en las cifras de la macroeconomía sino también llegar a la población, sobre todo a la más afectada por la crisis, como son el mundo del desempleo, los jóvenes y las familias, especialmente en aquellas en las que no entra ningún ingreso en sus casas”, explicó.
Gil Tamayo reclamó, asimismo, que hay que hacer políticas sociales y leyes “de verdadero acompañamiento a favor de los más necesitados y de los más débiles”, grupo en el que estarían incluidos los niños por nacer. “La eliminación de un ser inocente nunca es la solución. Porque en ese caso acabaríamos en el mundo con el hambre eliminando a las personas y así se tocaría a más”, agregó.
De no llegar esas políticas al tejido social, dijo el portavoz de los obispos, se abrirán “fisuras que son peligrosas para la convivencia” y, sobre todo, “estaríamos siendo injustos”.
Por ello, recordó, “el liderazgo moral” que está ejerciendo el papa Francisco en el acercamiento a las ‘periferias’ de la sociedad y la línea que sigue la Iglesia: “La línea es vida, solidaridad, justicia social, reparto equitativo de los bienes, atención a los más débiles y nunca el camino de la muerte. Y esto sirve para integrar la defensa de la vida en el ámbito de la justicia social y del mensaje integral de la Iglesia. La defensa de la vida no es una cuestión conservadora y la justicia social no es en la Iglesia una cuestión en el progresismo”.
Ese liderazgo de Francisco, “del que estaban necesitados los hombres y mujeres de nuestro tiempo”, invita a la sociedad “a ir por encima de las claves economicistas que están imperando en amplios sectores, sobre todo de los dirigentes del mundo. “El Papa está haciendo la conciencia del mundo”, concluyó.
(SERVIMEDIA)
30 Ene 2014
AHP/gja