Según informó la Asociación El Defensor del Paciente, tras solicitar la ligadura de trompas la mujer fue sometida a las pruebas correspondientes, excepto a una endoscopia ginecológica, que a pesar de habérsele prescrito nunca se le llegó a realizar. Tampoco se le efectuó ninguna otra prueba ni exploración tras la intervención.

Un mes después de la misma comenzó a sentirse mal, sufriendo vómitos, sangrado, mareos y náuseas, síntomas que fueron diagnosticados como una gastroenteritis aguda. Sin embargo, un mes después, al acudir a su ambulatorio, una analítica estableció que se encontraba embarazada, lo que fue confirmado posteriormente por el Hospital Clínico San Carlos, donde le comunicaron que tenía una gestación de 15 semanas.

La mujer decidió hacerse la ligadura de trompas tras haber sido madre de seis hijos y, al saber que se encontraba nuevamente embarazada, se vio inmersa en una situación altamente estresante que le ocasionó problemas psíquicos.

La asociación considera que, "de nuevo, la justicia madrileña vuelve a apiadarse de la Comunidad de Madrid, y en la línea de ahorro que desde hace tiempo está caracterizando a los tribunales de la capital, se reconoce el error, pero para nada se puede equiparar al daño sufrido por la paciente".