En este periodo, la organización logró unos ingresos por su actividad de 31,52 millones de euros, de los que prácticamente la mitad se deben a las cuotas de los afiliados y la otra mitad a lo percibido por subvenciones y por su labor de representación institucional.

En concreto, CCOO recaudó un total de 15,06 millones de euros por las cuotas de los 1,05 millones de afiliados que la organización tenía a finales de 2012. Asimismo, obtuvo 11,5 millones por programas subvencionados, como los de formación, y 4,41 millones por su asignación presupuestaria por las labores de representación institucional.

Esta cifra de ingresos se complementa con 551.705,06 euros procedentes de otras fuentes relacionadas con la actividad propia del sindicato.

La facturación de la central sindical se complementa con 246.676,81 euros procedentes de la prestación de servicios, y algo más de 6 millones de euros por otros ingresos de explotación. Por último, los ingresos financieros supusieron 2,08 millones de euros.

En cuanto a los gastos, CCOO destinó 9,82 millones a su personal, 867.182,15 euros en ayudas monetarias, y 27,41 millones por otros gastos de explotación, de los que 16,35 millones corresponden servicios exteriores.

DEUDA

Por otro lado, la organización mantiene un saldo deudor con las administraciones públicas de 10,3 millones de euros, de los que la mayor parte (10 millones) se deben a subvenciones concedidas.

Por su parte, la deuda a largo plazo del sindicato ascendía a finales de 2012 a 1,18 millones de euros, mientras que la de corto plazo representa 7,67 millones.

Asimismo, la organización tiene inversiones inmobiliarias por valor de 3,55 millones de euros entre las que se incluyen inmuebles adquiridos en propiedad o mediante contratos de arrendamiento financiero y que están destinados a obtener “rentas o plusvalías”.

Sobre los impuestos que afronta el sindicato, CCOO apunta que está sujeto a un gravamen reducido del 25% en el Impuesto de Sociedades al incluirse en el régimen de entidades parcialmente exentas, y sólo está obligado a tributar por los ingresos ajenos a su actividad principal.

Así, en el ejercicio 2012 esta cuantía ascendió a 48.451,77 euros que representa el 4,6% del total de su beneficio.