Margallo ofreció este dato en su intervención en la quinta edición de los Iran Dialogues, organizados por el Centro Internacional Toledo por la Paz en el Palacio de Viana. Allí dijo que Irán conecta los tres grandes conflictos de la zona de los que depende la estabilidad regional: el palestino-israelí, el iraní en sí y el sirio.

De Israel dijo que su prioridad no ha sido el primero de estos tres conflictos, sino la tensión con Irán que, a su vez, necesita, según la interpretación del ministro, de la existencia del enemigo israelí para medir sus ambiciones de potencia y alcanzar el arma nuclear.

Siria, a su vez, es objeto de la colisión de intereses de las potencias regionales, que se juegan allí la hegemonía, y ahora que se aproxima la conferencia de Ginebra 2 el presidente, Bachar al Asad, pierde el interés en la misma ante la evidencia de que allí se podría gestionar su salida del poder.

Después de Margallo intervino el ex secretario general de la OTAN y ex Alto Comisionado para la Política Exterior de la UE Javier Solana, quien calificó de "espectacular" el acuerdo logrado y lo comparó con su experiencia como negociador entre 2003 y 2005 sobre el programa nuclear iraní con el que ahora ha llegado a ser su primer ministro, Mohamed Rohani. Un momento respecto al que admitió que no logró su objetivo, porque no se pudo llegar más allá.

Solana comentó, entre otras cosas, que cuando el pasado agosto asistió a la toma de posesión de Rohani invitado por éste (algo que, aseguró, no hizo con ningún otro representante occidental), le adelantó que iba a dar cuatro pasos como apertura a Occidente que, atestiguó, ha terminado cumpliendo.

"Ha pasado más de lo que pensaba que podía pasar", reconoció Solana, para quien "estamos en una situación ideal", donde se ha conseguido la congelación del programa nuclear iraní (no su desmantelamiento, como pedía Israel, algo que le parece impensable a estas alturas de su desarrollo) a cambio de sólo el desbloqueo de unas cuentas por valor de siete billones de euros congeladas.

A su juicio, ahora hay "margen de maniobra para ir más allá de lo nuclear" y tratar de establecer un programa global de seguridad regional. Además, Solana ensalzó el "papel muy importante" que ha jugado la UE como "tampón entre dos posiciones extremas" que ha facilitado la puesta en marcha de "geometrías variables" en el más puro arte de la diplomacia. "Ha sido un éxito de la diplomacia", sentenció.