En el trabajo, realizado por la consultora PAC para la Fundación Sanitas, han participado un total de 1.620 familias con hijos de entre 6 y 14 años de toda España, con entrevistas individuales a madres y pequeños, realizadas en 2007.

Todas las madres consultadas en el estudio, de las que un 67 por ciento trabajan fuera de casa, están de acuerdo en que, actualmente, el principal problema para fomentar una alimentación sana en sus hijos tiene su razón de ser en la dificultad para conciliar la vida laboral y personal.

El estilo de vida actual impone tanto a los progenitores como a sus hijos un ritmo acelerado, donde es difícil planificar las comidas de la semana y se acaba por sucumbir a la rapidez y comodidad que ofrecen la cocina rápida y los productos preparados y congelados, sostienen las madres.

En virtud de este informe, la principal preocupación de las madres actuales es que sus hijos coman de todo, aunque sin analizar si la cantidad o el momento son los adecuados.

En este sentido, pese a que muchas mujeres ya se muestran preocupadas por el avance del sobrepeso infantil, ninguna parece saber qué medidas tomar para atajarlo de forma correcta.

DESAYUNO

A pesar de la importancia que todos los especialistas en nutrición otorgan al desayuno y a que el 98 por ciento de los niños encuestados afirma tomarlo en casa, para muchos de ellos su desayuno se compone básicamente de algo bebido (leche, en un 75 por ciento de los casos, o cacao, en un 45 por ciento). El 14 por ciento de los niños afirma desayunar algún producto de bollería industrial.

Madrid es, con un 40 por ciento, la región donde el número de niños que desayunan cada mañana solos (sin supervisión de un adulto) es mayor. La media nacional es del 28 por ciento.

COMIDA EN FIN DE SEMANA

Según datos extraídos de la encuesta, el fin de semana la libertad de los niños a la hora de elegir qué comer aumenta ligeramente. Aunque el 27 por ciento de las madres se muestra contraria al "picoteo", muchas de las mujeres encuestadas afirma que el fin de semana es un periodo para descansar de la dura jornada laboral.

Por eso, no es de extrañar que los niños reconozcan, en más del 53 por ciento de los casos, que tienen permiso para abrir la nevera y coger la comida que más les guste. Un porcentaje que se eleva hasta el 73 por ciento en el caso de los niños con edades comprendidas entre los 12 y los 14 años.

MENÚ ESCOLAR

El 81 por ciento de las madres se muestra satisfecha con el menú que ofrece la escuela de su hijo, frente al 45 por ciento de los niños que esgrimen que no es tan buena como la de casa.

El 61 por ciento de las madres asegura tenerlos bastante o muy en cuenta a la hora de preparar la cena en casa, momento en que, según se desprende de las entrevistas cualitativas, improvisan con lo que tienen en la nevera (normalmente productos congelados o precocinados).

Un 30 por ciento de los niños afirma no comer nada que no le guste. A casi la mitad de ellos no les preparan nada que no les guste, cifra que casi se multiplica por dos cuando el grupo analizado está entre los 12 y los 14 años.

Aunque con poco tirón en desayunos y meriendas, la fruta sí tiene un papel protagonista como postre, después de las comidas y las cenas. Un 75 por ciento de los pequeños encuestados afirma tomar fruta en el postre, seguidos muy de cerca, por los que toman un yogur o un lácteo, los preferidos de los más pequeños.

EJERCICIO FÍSICO

Los progenitores perciben el ejercicio físico como una necesidad para sus hijos. El 72 por ciento de los niños va andando al colegio, el 86 por ciento afirma realizar algún juego activo durante el recreo (fútbol o baloncesto) y el 31 por ciento practica diferentes deportes durante la semana como actividad extraescolar.

En casa, por las tardes, el deporte o el juego activo se ven superados por actividades más sedentarias, como ver la tele (84 por ciento) o hacer los deberes (80 por ciento).