"La situación es terrible. He trabajado ya en muchas respuestas de emergencia a tifones en Filipinas, pero éste es, con diferencia, el peor. ¡La zona afectada es enorme! El aeropuerto está prácticamente destruido, los militares están tratando de montar un campamento provisional y de facilitar el acceso a la pinsta para empezar a distribuir la ayuda”, explicó.

Ante la magnitud de la catástrofe, Acción contra el Hambre está movilizando un equipo de apoyo de más de 30 personas desde sus sedes en Madrid y París, mientras que los que están sobre el terreno en Cebú y Capiz, que trabajan en la identificación de las necesidades de la población afectada, advierten de la escasez de alimentos y de agua potable.

“Fuentes e infraestructuras de agua y saneamiento han quedado inutilizadas. Es necesario responder urgentemente a estas necesidades de la población hacinada en los centros de evacuación proveyéndola con agua potable, kits de higiene y servicios de saneamiento, antes de que a la caótica situación se vengan a sumar problemas de salud como la diarrea o incluso el cólera”, señala Mónica Acosta, responsable geográfico de Acción contra el Hambre para Filipinas.

Ante la magnitud de la catástrofe, Acción contra el Hambre está movilizando un equipo de apoyo de más de 30 personas desde sus sedes en Madrid y París, mientras los equipos sobre en el terreno en Cebú y Capiz, que trabajan en la identificación de necesidades de la población afectada, advierten de la escasez de alimentos y agua potable.

Esta ONG fletará este martes un segundo avión con 21 toneladas de ayuda humanitaria desde Lyon (Francia), cargado con una planta de tratamiento de agua, agua potable, letrinas de emergencia, utensilios de cocina, cubos, jabón, mantas y lonas, en tanto que enviará otras cuatro aeronaves a Filipinas en los próximos días.