Ruth Buendía, presidenta de Central Asháninka del Río Ene (CARE), pronunció estas palabras con motivo la visita España en la que participó esta semana dentro de una delegación peruana para “compartir las experiencias de la administración pública, las municipalidades, los gobiernos estatales con funcionarios y organización”, que ha incluido actividades en diversas instituciones, entre ellas la embajada de Perú en España.

Gracias a la labor de esta mujer y el altavoz que le ha proporcionado la prensa internacional, Buendía ha logrado detener proyectos de empresas energéticas cuyos intereses chocaban contra los del pueblo indígena con la construcción de presas.

“He logrado las paralizaciones de algunos centros de presa cuya construcción, que se había concesionado en los despachos de los ministerios, no se había consultado a los indígenas. También nos hemos hecho respetar para que los gobiernos aprendan a aplicar el convenio 169 de la Oficina Internacional del Trabajo, un tratado de trabajadores y empleadores y los grupos tribales”, explicó.

En su lucha de los derechos del pueblo asháninka, esta mujer de 36 años y cinco hijos que ha sufrido las consecuencias de la violencia y el terrorismo, también conoce la discriminación por razón de género, que llega incluso entre quienes defienden a los indígenas. “Hay muchísimos celos también cuando ya tienes logros y entre los otros líderes que existen en nuestro país”, concretó.

Tras este periplo por España, Buendía se reunirá en su país con varios ministerios peruanos y seguirá trabajando para consolidar una asociación empresarial pero alejada de ese materialismo que ha provocado la crisis económica.

“Como indígena puedo decir que casi no hemos vivido con materialismo. En nuestra realidad lo que nos diferencia es que en España todo depende del materialismo”, concluyó.