En declaraciones realizadas en los pasillos de la Cámara Baja, Barkos señaló que, por el momento, las referencias sobre este proceso se limitan a informaciones periodísticas, pese a lo cual reconoció que constituye un paso importante hacia el desarme.

Destacó, asimismo, que la banda contemple un proceso de verificación internacional de la entrega de armas y la asunción de que las decisiones relativas a los presos etarras serán de carácter individual y no colectivo.

En suma, dijo, “sería una magnífica noticia”, de confirmarse. Según distintas informaciones periodísticas, ETA tiene intención de iniciar la entrega de sus armas antes de Navidad. Al mismo tiempo, el colectivo de presos de la banda (EPPK) lanzará una declaración abriendo la vía para que sus reclusos se acojan a medidas individualizadas.

Al parecer, la organización terrorista tiene previsto difundir un comunicado antes de que finalice el año en el que previsiblemente anunciará que abre su proceso de desarme, que será "lento" y verificado por un organismo internacional.

La banda ofrecerá un "inventario" del armamento, explosivos y zulos de los que dispone, aunque previsiblemente no dirá ni cómo ni cuándo hará la entrega "ordenada". Será un proceso en el que ETA no contará con el Gobierno central, al considerar que es una "vía cerrada", ni tampoco con las instituciones vascas como en un principio estaba estudiando, sino con un organismo internacional "independiente" que se convierta en "notario" del desarme.