Blanco ofreció una rueda de prensa en el Congreso de los Diputados para valorar el archivo del llamado 'caso Campeón' que tenía abierto contra él el Tribunal Supremo. "Esto ha concluido, a Dios gracias; la verdad se ha abierto camino", dijo.

El diputado socialista recordó que siempre mantuvo que las acusaciones contra él eran "absolutamente falsas" e interpretó que éstas "se han ido demontando paulatinamente".

"Ha quedado claro que he sido injustamente acusado", señaló, declarándose "víctima de un infundio político que ha fracasado" y añadiendo que su caso "debería servir para que el infundio deje de ser un instrumento político".

Blanco aseguró que los 22 meses que ha pasado bajo sospecha han sido "difíciles, muy difíciles", para él, para su familia, para sus compañeros y para el partido. Agradeció los apoyos recibidos y señaló que no había echado ninguno en falta, sino que incluso había contado con algunos que no esperaba, por ejemplo del PP, uno de cuyos dirigentes aseguró que le había felicitado hoy mismo.

FUERA DE LA POLÍTICA

"Nada puede reparar el daño causado, pero hoy empieza para bien un tiempo nuevo", anunció. Y, preguntado si mantiene su decisión, expresada en noviembre de 2011, de abandonar la primera línea de la política, Blanco dijo que la ratificaba y que no se presentará a las primarias del PSOE de Galicia el próximo 7 de septiembre, sino que ya ha anunciado al candidato José Ramón Gómez Besteiro que desea ser su primer avalista.

El exministro afirmó que con ese cargo en el Gobierno y la Vicesecretaría General del PSOE "ya ha colmado su ambición política" y expresó un "sentimiento de gratitud enorme" hacia su partido, del qeu aseguró haber recibido "un caudal de apoyo que es infinito".

A Blanco también le preguntaron si su crítica al "infundio político" y su defensa de la presunción de inocencia se hacían extensivas al presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, ahora bajo sospecha por las revelaciones del extesorero del PP Luis Bárcenas.

El diputado socialista matizó que a Rajoy se le exigen únicamente explicaciones, y que si no se negara a comparecer "haría un bien" a la democracia, a su partido y a sí mismo; él esgrimió que, cuando era ministro y portavoz del Gobierno, respondía a todas las preguntas que se le hacían por su caso. No obstante, aclaró que él no está "en condiciones de dar consejos a nadie".