Las tres compañías se han adherido a la campaña internacional “No dirty Gold” (No más oro sucio), que tiene por objetivo que las empresas que comercializan el metal precioso, adopten las directrices establecidas por la organización sin ánimo de lucro Earthworks con el fin de garantizar que las compañías mineras que se lo suministran son responsables social y medioambientalmente.

Dichas directrices establecen que las firmas que se adhieren a la campaña deben exigir a sus proveedores que respeten los derechos humanos y laborales recogidos en los tratados internacionales.

También deberán constatar que las compañías mineras que les abastecen no operan en zonas de conflicto armado, y que su actividad no conlleva desplazamiento de población, o se desarrolla en áreas de protección medioambiental, de alto valor ecológico o en ecosistemas frágiles.

Asimismo, tendrán que constatar que no vierten residuos al mar, ríos, lagos u otras corrientes de agua, ni contaminan las aguas, terrenos o el aire con ácido sulfúrico u otros químicos.

Por último, deberán verificar que las mineras cubren todos los costes de cierre y limpieza de sus explotaciones y su entorno, e informan sobre los efectos sociales y medioambientales de sus proyectos, y permiten la verificación por terceros de todas las medidas mencionadas.