"Son intimidaciones que no se pueden hacer ni a políticos, ni a ningún ciudadano, ni a ninguna familia. Los ciudadanos españoles tienen derecho a su intimidad, a vivir sin amenazas, sin coacciones y sin violencia. Por tanto, no es que estén mal para los políticos, sino para cualquier persona", declaró Becerril a Servimedia.

La defensora aseguró que la intimidad de la familia está por encima de todo e indicó que "la legislación española defiende las sentencias del Tribunal Supremo de los últimos años en esta materia y defiende la intimidad de la familia, del entorno familiar".

Por lo tanto, abogó por evitar "este tipo de coacciones", poner los medios legales necesarios para "evitar que (los escraches) se conviertan en un hábito, en una costumbre. La democracia tiene otros instrumentos para reivindicar. Tenemos otros medios para expresar nuestra disconformidad, pero no la amenaza, la violencia y la intimidación".