Un avión militar español localiza y vigila 50 bases piratas en Somalia
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El avión de Patrulla Marítima P-3 Orión que el Ejército del Aire tiene desplegado en Yibuti en el marco de la Operación Atalanta de la UE ha identificado y mantiene vigiladas un total de 50 bases de piratas en la costa de Somalia, unas posiciones desde las que se lanzan los ataques contra los pesqueros y cargueros que navegan por las aguas de esta parte del Océano Índico.
El avión ha sobrevolado en numerosas ocasiones el litoral del Cuerno de África con sus tripulantes atentos a cualquier señal que pueda revelar la posición de las bases y ha documentado fotográficamente muchos de estos emplazamientos. En una de estas imágenes obtenidas recientemente se aprecian varios esquifes en la playa y se ve como en las proximidades se van acumulando bidones de gasolina, armas y municiones.
El actual jefe del Destacamento Orión, el teniente coronel José Manuel Cuesta, señala que algunos de estos enclaves identificados son provisionales, mientras que otros son activados por los piratas en caso de necesidad.
SANTUARIO PIRATA
Pero de las 50 bases localizadas, diez son permanentes y constituyen los puntos neurálgicos de planificación y abastecimiento de los piratas. El teniente de navío Francisco López Angosto, jefe de misiones del avión P-3 Orión, explica que entre los diez enclaves permanentes destaca una base en concreto, un verdadero santuario pirata donde se concentra el grueso de la actividad y frente a la cual, a poca distancia mar adentro, están fondeados los dos únicos barcos que en la actualidad están en manos de los piratas somalíes: el Nahan3 y el Albedo, con cerca de 60 marineros secuestrados.
Uno de los miembros del Destacamento Orión subraya que en esta población se han levantado en los últimos años algunas casas que podrían calificarse de lujosas para los estándares de Somalia, unos edificios que se habrían construido con el dinero de los rescates.
Toda esta información de inteligencia suministrada por el avión P-3 Orión es altamente valorada por el mando de la Operación Atalanta. Las fotografías realizadas por el aparato español permiten determinar las capacidades de los piratas y prever los ataques futuros.
UN PILAR DE LA MISIÓN
El Destacamento Orión, formado por 50 militares, se ha convertido en uno de los principales pilares de la misión de la UE en el Océano Índico y es el único elemento que participa en la Operación desde el primer día, allá por el mes de enero de 2009. Ha realizado en estos más de cuatro años un total de 630 misiones y 4.654 horas de vuelo, con un tope de 100 al mes.
El teniente coronel Cuesta indica que, además de las labores de inteligencia, el equipo se encargada junto con aeronaves de otros países de vigilar el corredor marítimo recomendado del Golfo de Adén, la vía de navegación que une el Mediterráneo con el Océano Índico a través del Canal de Suez. Se trata de una ruta de suma importancia económica ya que por ella se transporta el 40 por ciento del petróleo mundial.
Otra de las funciones fundamentales del avión P-3 Orión –que a veces se sustituye por el Delta-4, de características similares- es la de localizar barcos sospechosos por el Océano Índico y acudir en auxilio de las embarcaciones atacadas por los piratas.
Con todas esta atribuciones, tanto el teniente de navío López Angosto como el teniente coronel Cuesta destacan las enormes dimensiones del “tablero de juego” en el que se mueve el avión español por el Océano Índico. El aparato cubre un área de operaciones del tamaño de Europa y en sus misiones pueden estar hasta 12 horas volando. Una responsabilidad que se verá acrecentada en breve ya que el avión P-3 alemán que compartía las funciones del Ejército del Aire español en Yibuti volverá a Europa a principios del mes de mayo.
FOTOGRAFÍAS CONTRA LOS PIRATAS
El avión que las Fuerzas Armadas españolas tienen en Yibuti, a pesar de haber cumplido ya los 47 años, está dotado de la tecnología más puntera en materia de reconocimiento, localización y vigilancia marítima. Entre estos elementos destaca la cámara Flir, un sistema de grabación de gran alcance que permite obtener imágenes tanto en video como en infrarrojos. El capitán Manuel Moreno, comandante del avión, explica que en sus misiones en el mar, la tripulación recurre a esta cámara infrarroja del Flir, que tiene un alcance de hasta 15 millas, lo que permite determinar, por ejemplo, si su objetivo es una embarcación pesquera o de un esquife de pirata y saber si van armados.
Si no existe un gran peligro, el avión se acerca y comienza el trabajo de los fotógrafos, quienes utilizan los teleobjetivos para captar desde una ventana especial de la cabina diversas imágenes de la embarcación, incluso desde casi mil metros de altura.
Y es que, a pesar de toda la tecnología puntera con la que está equipado, lo más apreciado del avión es una cámara de fotos convencional. “Es una cámara digital de las que se pueden comprar en la calle”, señala el teniente coronel Cuesta.
Las imágenes que obtiene son inmediatamente transferidas a un ordenador portátil y son analizadas por el fotógrafo, que ha recibido una instrucción especial para interpretarlas y reconocer al instante elementos que puedan aclarar la naturaleza de la embarcación y sus ocupantes. Se busca en las fotografías armas, escalas, pescados, aparejos… cualquier cosa que pueda determinar si son piratas o simples pescadores. Estas imágenes son transmitidas prácticamente en tiempo real al mando de la Operación Atalanta. Si existe un riesgo real, se avisa a los mercantes que están en la zona y pueden estar en peligro y se ordena a la unidad naval más cercana que intercepte el barco en cuestión.
A LA CAZA DE SUBMARINOS
El capitán Moreno explica que los P-3 Orión son aviones que en realidad fueron pensados y diseñados para detectar y combatir submarinos durante la guerra fría. En la actualidad se suelen utilizar para labores de vigilancia marítima tales como el seguimiento de los barcos de los narcotraficantes o el control de la inmigración que intenta llegar a España en los cayucos. A pesar de ser un aparato que va a cumplir pronto los 50 años de vida, todos sus tripulantes, que rotan cada dos meses, están orgullosos del avión, del que España posee siete unidades, aunque en la actualidad solo están operativos dos.
Estos aviones, como el desplegado en Yibuti, cuentan con una sala de consolas contigua a la cabina de pilotaje. En esta sección están instaladas cinco pantallas con sus correspondientes mandos que permiten manejar la cámara Flir, visionar todas las imágenes, controlar el tráfico marítimo y aéreo, comunicarse con buques y coordinar la misión. En lugar de bombas, el aparato lleva en la bodega de armamento un bote salvavidas que se puede lanzar al mar para rescate de personas.
El teniente de navío López Angosto explica que uno de los recursos que, a base de ingenio, han ideado para los casos en los que se ven obligados a detener un ataque pirata es utilizar los botes de humos que tienen en las rampas de lanzamientos donde normalmente se instalan las ‘sonoboyas’ para detectar submarinos. El avión hace una pasada rápida y deja caer los botes de humo. Los piratas creen que están siendo atacados y suelen darse a la fuga.
(SERVIMEDIA)
07 Abr 2013
DCD