En declaraciones a Servimedia, Rodrigo aseguró que “esta es una fumata blanca que vuelve a ser negra para nosotros, pues parece que al Sumo Pontífice la legítima igualdad y la reivindicación de los derechos del colectivo LGTB se le indigestan”.

Semanas antes de la ley que permitía el matrimonio homosexual en Argentina, Bergoglio aseguró que la norma heriría “gravemente a la familia”, supondría “la discriminación de tantos niños” y representaba “un ataque al Plan de Dios” y “una movida del Padre de la Mentira (satanás) que pretende confundir y engañar a los hijos de Dios”.

El cardenal mantuvo duros enfrentamientos con la presidenta Fernández de Kitchner por este motivo y también se opuso a una ley de identidad de género que permitía registrar a los transexuales.

Por todo ello, Rodrigo aseguró que la Iglesia “ha vuelto a perder una oportunidad de oro para evolucionar y adaptar su mensaje a los tiempos”.

"Desde luego, con esta actitud la jerarquía católica demuestra que sigue siendo un club privado en el que gays, lesbianas, transexuales y bisexuales no tenemos ninguna gana de entrar”, concluyó.