Los datos proceden de una investigación que la organización catolica realizó en el año 2000.

Prácticamente todos los centros de acogida ofecen, además de techo y cama, comedor, ducha y ropero, mientras que sólo unos pocos ofrecen otro tipo de servicios, como talleres ocupacionales y atención psicológica.

Según Cáritas, todavía hay un predominio de centros orientados al perfil clásico de persona sin hogar: varón, solitario y de mediana edad. Pero ésta no es la única carecia que la organización católica ha detectado en las ofertas de alojamiento para las personas sin hogar.

También ha constatado que los tiempos de estancia máxima son muy limitados, que existe una visible falta de intimidad (dormitorios colectivos y ausencia de armarios), tienen escaso presupuesto (entre 14 y 18 euros por persona y día), y son muy pocos los que admiten parejas o familias.

La gestión de estos alojamientos está de forma mayoritaria en manos de organizaciones privadas (un 86%), mientas que el 2% son de gestión mixta y otro 12% son centros públicos. En el 86% del sector privado, los centros encomendados a Cáritas suponen el 46% y los de otras entidades religiosas el 21%. El 19% restante está gestionado por fundaciones o grupos laicos.

VIVIENDA DIGNA

En el Día de los Sin Techo 2003, Cáritas y Faciam quieren poner el acento en la importancia de la vivienda, como necesidad de primer orden, y solicita al Gobierno una serie de medidas para facilitar el acceso a una vivienda digna.

Piden al Gobierno que el gasto en vivienda se sitúe en un 2% del PIB, el doble de lo que se destina en la actualidad, que la política de vivienda cuente con un mínimo de 30.000 viviendas públicas anuales, que se erradiquen las situaciones de chabolismo y de infravivienda y que se analicen los barrios deteriorados, para planificar actuaciones sobre los mismos.

Además, piden medidas para evitar la concentración territorial de las poblaciones excluidas, planes de intervención sobre el patrimonio residecial degradado y que se asegure el desarrollo de planes integrales dirigidos a las personas con menos recursos que habitan en estos barrios.

Por último, Cáritas y Faciam demandan viviendas de acogida y alternativas residenciales para personas en riesgo de exclusión, así como que se intensifique la lucha contra la especulación y el fraude fiscal, con todos los mecanismos legales existentes.