Estos niños, de edades comprendidas entre 7 y 17 años, son huérfanos a raíz de la catástrofe nuclear de Chernobil y están afectados por las radiaciones de la central ucraniana ocurrida el 28 de abril de 198.

Todos ellos viven permanentemente en orfanatos. Tan sólo en Kiev hay 12 orfanatos, con una media de 250 niños huérfanos de Chernobil, de los que únicamente salen para someterse a atención médica, respirar aire no contaminado y recibir una alimentación distinta a la habitual, ya que, aún hoy, muchos de los alimentos de su país, siguen estando contaminados por la radiactividad.

Las pruebas a las que serán sometidos los niños consisten fundamentalmente en una seríe de chequeos analíticos y ecográfcos que no pueden realizarse en sus lugares de origen, por la precariedad de medios sanitarios.