El responsable del trabajo y presidente de esta organización, Adolfo Calle, explicó a Servimedia que las tentativas de suicidio aumentan de manera alarmante cuando los aspirantes a universitarios ven frustrados sus deseos de entrar en la carrera solicitada en primera instancia.

"Cuando las notas no les permiten cursar los estudios deseados los jóvenes deben 'casarse' con una carrera que no quieren -lo que incluso les condiciona para el futuro desarrollo laboral-, en la no logran encotrarse cómodos", comentó Calle.

Otro factor que influye a la hora de tomar una decisión tan drástica es la presión que ejercen los padres al ofrecer recompensas por buenas calificaciones. "Los posibles bienes materiales que puede proporcionar un aprobado presionan aún más a los chicos. Los padres siguen utilizando este chantaje para lograr unos resultados académicos, porque saben lo importante que es para los jóvenes el consumismo", indicó.

Según el estudio, cada año se quitan la vida unos 400 jóenes, entre los que se han duplicado los casos de depresión en los últimos 5 años y que representan el 13 por ciento del total de la población afectada por esta enfermedad.

Las mujeres piensan más en el suicidio que los hombres, aunque son los hombres los que más optan finalmente por esta drástica decisión, debido a que sus comportamientos son más violentos.

Según el doctor Calle, los 400 suicidios que se registran al año por depresiones pueden ser evitados si "estamos un poco más pendientes de nestros jóvenes y pensamos menos en cualquier tipo de regalo estimulante".

Para evitar estos problemas, el psiquiatra valenciano opina que los equipos de salud mental necesitan la ayuda de profesores, padres y amigos de los deprimidos, "que les aconsejen ir al médico psiquiatra para una pronta recuperación".