En su primera exposición en el Debate ante el Congreso de los Diputados, el primer que protagoniza al frente del Ejecutivo desde que llegó a La Moncloa en diciembre de 2011, Rajoy insistió en el argumento de que no ha podido cumplir el programa electoral del PP "porque he tenido que cumplir mi deber como presidente".

Rajoy señaló como gran mérito de estos primeros 14 meses de mandato haber evitado "el naufragio" que amenazaba a España hace solo unos meses y que se plasmó en el verano pasado en la amenaza real de que tuviera que pedir un rescate al Banco Central Europeo.

"Nadie desde fuera apostaba por nosotros hace un año, ahora nadie piensa que España no logrará salir adelante", esgrimió desde la tesis de que esa visión ha cambiado gracias a las reformas económicas aprobadas por su Gobierno.

Rajoy recalcó que esa es "la diferencia" entre finales de 2011, cuando Zapatero se marchó de La Moncloa, y el comienzo de este año 2013. Pese a esta visión optimista, pidió "serenidad, paciencia y precisión" con sus medidas.

El jefe del Ejecutivo señaló que los cambios económicos que España requiere deben realizarse paulatinamente si se quiere salir de la crisis con garantías, ya que "lo contrario sería como desactivar una bomba a martillazos".

"Nada de brotes verdes, ni nubes pasajeras ni anticipos primaverales", sentenció al comienzo de su intervención. "Esto no ha hecho más que empezar" y no habrá "ni un minuto" de sosiego en la aplicación de las reformas.

Rajoy dedicó sus primeras palabras y buena parte de su discurso a las 5.965.400 personas que oficialmente no tienen trabajo en España y a los que se refirió como la mejor prueba del "aspecto más duro y dramático" que tiene la crisis.

Adujo que "la frialidad de las cifras no puede ocultarnos la realidad", que los parados son "seres humanos que sufren" las consecuencias de la situación económica y se comprometió a "darle la vuelta a esta situación" antes de que acabe la legislatura.

LA HERENCIA DE ZAPATERO

La herencia recibida del PSOE también ocupó una parte importante en su primer discurso en un Debate sobre el estado de la Nación como presidente del Gobierno.

A los ocho minutos de tomar la palabra, Rajoy apeló en varias ocasiones a la economía que recibió de Zapatero y subrayó que el mejor juicio de aquella gestión es el "veredicto inapelable" que los ciudadanos expresaro en las urnas en las elecciones generales de 2011.

Señaló que, sin esa herencia, muchas de los recortes que ha tenido que aplicar no se habrían producido porque, entre otras cosas, encontró en La Moncloa un déficit superior al 9% cuando Zapatero tenía el compromiso de dejarlo en el 6%.

El presidente del Gobierno indicó que las medidas de este último año han sido "duras por necesidad" a la vista de cómo encontró la economía española y criticó que "es muy fácil hablar de los sacrificios" que los españoles han tenido que asumir.

En su opinión, "de lo que no se habla" y tendría que explicarse a los ciudadanos "es de los sacrificios a los que habríamos estado expuetos si el Gobierno no hubiera cambiado el rumbo de las cosas" cuando llegó a La Moncloa.