Esta es la conclusión a la que han llegado los grafólogos Jesús Melchor García Toledo y Claudia Sofía González después de analizar minuciosamente la califragía de Bárcenas y realizar un informe, encargado por la agencia Servimedia, sobre su personalidad a partir de los trazos de su letra.

El estudio interpreta que Bárcenas "posee una inteligencia viva", "comprende los problemas con rapidez" y "busca soluciones a los mismos", tiene "fácil contacto social" y "sabe moverse y avanza con fuerte impulso y capacidad sugestiva o combativa".

Junto a estas buenas condiciones intelectuales, los grafólogos creen detectar en Bárcenas "tendencias o impulsos de tipo agresivo o sádico" y un carácter "dominante" y "fácilmente irritable", con "anclaje en las propias ideas, en las actitudes tomadas", y tendencia a "avanzar rompiendo resistencias y atacando los obstáculos". Asimismo, ven en su letra el reflejo de su "avidez, afán de posesión y retención, terquedad, conflictividad, resentimiento y rencor".

NECESIDAD DE HONOR Y FAMA

García Toledo y González aprecian también en el extesorero del PP un "deseo de valorarse a sí mismo en lo social y profesional" y otro "inmoderado de gloria, honores, de fama y de fortuna".

Le ven "muy sensible al valor y atenciones que los demás le puedan dispensar" y susceptible de caer en un "resentimiento profundo y duradero" si recibe "una frustración, contrariedad, oposición o un simple olvido".

Más aún, de acuerdo con este análisis grafológico, Bárcenas "intenta hacerse dueño de las situaciones, esclavizar, someter, poner a su servicio a los demás en exclusiva" y "sabe jugar" con el silencio de la gente "sin demostrar abiertamente sus intenciones o sus deseos".

Los expertos consultados perciben en él "hipocresía" y "astucia para engañar haciendo las cosas atrayentes para sacar partido de las propias sugestiones (típico rasgo de los hombres hábiles en los negocios)".

NARCISISTA Y EGOCÉNTRICO, SEGÚN LA RÚBRICA

De su rúbrica, que a su juicio "denota una tendencia reactiva inmediata", deducen que es "una persona entusiasta, impulsiva, inclinada a los extremismos, que no puede reprimir la necesidad de mostrar ruidosamente sus simpatía o antipatías", y que tiene "una marcada necesidad de poder y de dominación a los demás.

También que "demuestra desconfianza" y una "necesidad de sentirse protegido por su actitud narcisista, egocéntrica, así como la astucia o marrullería en la defensa de un yo débil o de unos intereses calculados a priori".

De los elementos fuego, metal, agua, madera y tierra que desde su punto de vista componen al individuo, García Toledo y González perciben un predominio de los dos primeros.

El fuego haría a Bárcenas "diplomático en la forma de relacionarse con los demás" y le dotaría de las suficientes condiciones para ser "un ganador en todo lo que se proponga". Además, "atrae constantemente a los otros con su calor y brillo, pero puede causar daño si no consigue controlar y encauzar adecuadamente sus energías o impulsividad".

Por su parte, el metal le proporcionaría "cierta inflexibilidad ante una determinación tomada" y un "fuerte instinto monetario y de acumulación".

Patológicamente, estos expertos creen igualmente poder colegir de la caligrafía de Bárcenas "problemas respiratorios, de circulación, visuales y signos de una fuerte intoxicación orgánica" por tabaco o alcohol.

También le advierten de que tiene posibilidad de sufrir "estrés, depresión orgánica, fatiga excesiva o una posible enfermedad endocrina (glucemia) y fallo a nivel cardíaco" por el exceso de trabajo y sus responsabilidades.

Como síntesis, José Melchor García Toledo y Claudia Sofía González concluyen que Luis Bárcenas "posee características negativas de su

personalidad que atentan con la confianza de los que forman un grupo directivo o jerárquico en servicio de un país".