Así lo expresó en el marco de la sesión de trabajo ‘Ampliando horizontes: la internacionalización de la discapacidad española’, organizada por el Cermi en la sede de Telefónica en Madrid.

A su juicio, en el proceso “ineludible” de la internacionalización de la discapacidad hay que destacar, en primer lugar, las ventajas del movimiento asociativo español por su unidad en la diversidad, cuyo valor representan entidades como el Cermi.

Además, resumió una serie de experiencias de éxito, ya abordadas en el exterior, como las desarrolladas por la FOAL o Cocemfe, y la labor de entidades como el EDF, la Alianza Internacional de la Discapacidad (IDA) y la Red Latinoamericana de Organizaciones no Gubernamentales de Personas con Discapacidad y sus Familias (Riadis).

Para lograr la cooperación al desarrollo para las personas con discapacidad, Cabra de Luna planteó la importancia de contar con la Administración pública y las empresas privadas, y la oportunidad de poner en marcha una consultoría social en el área de las personas con discapacidad y sus organizaciones.

Por su parte, el director ejecutivo de la Alianza Internacional de la Discapacidad (IDA), Stefan Trömel, ofreció ciertas pautas para el desarrollo del proceso de la internacionalización de la discapacidad y se centró, sobre todo, en la importancia de implicarse en la normativa extranjera y en la necesidad de que prime el elemento de la solidaridad en este proceso, independientemente del retorno económico.

Entre los retos que se debe marcar el movimiento asociativo de la discapacidad, destacó la “plena” implementación de la Convención de la ONU en todos los países del mundo, que ha puesto a las personas con discapacidad en la agenda de los derechos humanos, abriendo así nuevas alianzas.

Por otra parte, como objetivo político, señaló que las entidades deben influir en un marco que sustituya los objetivos del milenio, con el que se intenta combatir la pobreza.

Asimismo, apuntó, como otros objetivos, la capacitación de las propias organizaciones de la discapacidad, el diálogo y colaboración de las entidades con el gobierno en materia de discapacidad en el exterior, o buscar alianzas empresariales. Sin embargo, reconoció que España debería ser más activa en políticas de discapacidad, para lo que es necesario “ir de la mano del Cermi”.

Por otra parte, manifestó que, de cara a plantear la internacionalización del movimiento asociativo de la discapacidad, se debe ofrecer cohesión social, incidencia política transversal y, en materia de empleo, exportar el modelo de inclusión laboral en cuanto a contratación pública y políticas de RSC.