Según informa la asociación, más de 140 rapaces -algunas de ellas en peligro de extinción- se han visto afectadas, además de que el efecto del veneno se extiende a más de 10.000 hectáreas.

APDA se une de este modo a las reclamaciones en el mismo sentido de diferentes organizaciones ecologistas y denuncia la inacción del Gobierno navarro por no haber cerrado los cotos del Monte de Cierzo, Monte Alto y Cientruénigo antes de abrirse la nueva temporada de caza el pasado 1 de noviembre, tal como habían pedido aquéllas, a fin de que se pudieran recuperar las especies afectadas y restablecerse el equilibrio ecológico.

A día de hoy, insiste la asociación, los cotos siguen abiertos a la caza ante la falta de respuesta del Departamento de Medio Ambiente de Navarra.

APDA solicita que, ante las consecuencias de un delito de envenenamiento de tal magnitud, se actúe desde la Administración navarra, para reestablecer los graves daños ecológicos. En este sentido, se dirigirá por escrito al consejero, a quien pedirá "acciones inmediatas".