Los populares respondían así a dos peticiones del Grupo Mixto, apoyadas también por La Izquierda Plural para que tanto Rajoy como Báñez informen en el Pleno del Congreso sobre los resultados de la aplicación de la reforma laboral y las medidas que piensan tomar para detener la destrucción de empleo.

En nombre del BNG, Olaia Fernández Dávila insistió en que los datos de paro hacen estas comparecencias imprescindibles para evaluar los efectos de la reforma.

También Alfred Bosch, de ERC, insistió en que esta reforma "no sirve" para crear empleo y considera que "abre la puerta a un nuevo sistema" en el que "los empresarios pueden contratar barato y despedir cuando quieran".

En nombre de La Izquierda Plural, Joan Coscubiela, juzgó que el presidente del Ejecutivo quizá tenga que "comerse las palabras" con las que aventuró que la reforma laboral iba a ser "un éxito".

En el año que lleva en vigor, la modificación de la legislación laboral "no ha conseguido crear empleo" y sólo ha logrado "la destrucción de cientos de miles de puestos de trabajo que no se hubieran producido sin las facilidades de la reforma".

Como portavoz del PSOE, Jesús Caldera insistió en que los datos tan negativos de paro no pueden atribuirse únicamente a la coyuntura económica y en que la política del Gobierno ha llevado a España a una situación "pavorosa".

Según el PSOE, la reforma laboral ha provocado "más despidos individuales y colectivos", al tiempo que ha quedado patente que "la flexibilidad interna no ha funcioando, que los márgenes empresariales siguen creciendo y que no ha mejorado la competitividad".

En nombre del PP, Álvarez Arenas defendió que la "disponibilidad" de la ministra de Empleo para acudir al Parlamento en período ordinario y anunció que los populares iban a rechazar ambas peticiones.

Además, acusó a la oposición de mentir y dijo que en ningún momento el Gobierno aseguró que la reforma laboral crearía empleo, siho que "lo que se buscaba es que el despido fuera el último recurso".