La coordinadora del proyecto, Marta González, explicó dos días antes de la celebración del Día Internacional contra la Violencia de Género, que la trata de mujeres es una forma “invisible” de violencia de género y que “está relacionada con la discriminación, la desigualdad en el acceso a derechos y oportunidades y las relaciones desiguales de poder que afectan a mujeres y niñas”.

En este sentido, González considera que la futura Ley Integral contra la Trata, prevista para 2013, debe abordar todas las formas existentes de este delito y tener como finalidad “prevenir, sancionar y erradicar esta violación de derechos humanos”.

De esta forma, añade, se lograría “desterrar, en gran parte, la revictimización secundaria a la que están constantemente sometidas las mujeres que han sufrido este delito”.

Proyecto Esperanza destaca también la necesidad de “una formación y especialización para la identificación y protección a víctimas de trata, especialmente en lo relativo a dotar de competencias y habilidades al personal que interviene, para incidir así más allá de una formación teórica o conceptual”.

Por otro lado, la organización cree necesaria “que la Ley Integral propicie una mejor coordinación y cooperación entre todas las administraciones y con las organizaciones especializadas” para “garantizar la efectividad de la lucha contra este grave delito”.

Proyecto Esperanza surge en el año 1999 ante el crecimiento de la Trata de Mujeres en España, y desarrolla un programa de acogida integral para mujeres víctimas de explotación en la prostitución, servicio doméstico, matrimonios serviles y otros trabajos en condiciones de esclavitud.