Aznar hizo estas declaraciones durante la entrega al escritor Mario Vargas Llosa del Premio FAES a la Libertad, en un acto celebrado en el Círculo de Bellas Artes con la presencia de Mariano Rajoy, Ángel Acebes, Eduardo Zaplana, Esperanza Aguirre, Ignacio González, Luisa Fernanda Rudí, José Manuel Romay Beccaría, Ana Botella y Pío Cabanillas, entre otros.

En plena polémica sobre el desafío independentista de Cataluña, Aznar criticó que "el nacionalismo pretende ahora romper los términos del acuerdo democrático para buscar la secesión y el conflicto" con proyectos soberanistas como el emprendido por Artur Mas.

Sin citar en ningún momento al presidente de la Generalitat de Cataluña, Aznar arremetió contra quienes en estos momentos de crisis económica "han decidido dar una patada al tablero y pretenden, además, que eso forme parte del juego".

"España no se va a romper. Y añado que para los que juegan irresponsablemente con las cosas importantes, que España sólo podría romperse si Cataluña sufriera antes su propia ruptura como sociedad, como cultura y como tradición. Cataluña no podrá permanecer unida si no permanece española", recalcó.

RECONSTRUIR ESPAÑA

Delante del actual jefe del Ejecutivo y de un nutrido grupo de dirigentes del Partido Popular, Aznar afirmó que "es indispensable reconstruir desde su base un proyecto nacional real que nos devuelva al camino del progreso" y que permita frenar en seco a los independentistas.

A su juicio, el desafío nacionalista obliga a "reformar nuestro modelo para reafirmar los principios de la Espña constitucional, para reafirmar la igualdad de todos los españoles, para reafirmar la supremacía de la ley, para reafirmar la solidaridad entre españoles y para reafirmar los fundamentos de una España fuerte y moderna".

Aznar recalcó que los nacionalismos deben "asumir las exigencias recíprocas del consenso y de la convivencia", en lugar de comportarse con deslealtad. Según dijo, "la deslealtad debe pagarla quien es desleal".

Ante Mariano Rajoy proclamó que "no podemos hacer dejación de España" y se opuso a "cualquier fórmula federal, confederal o del tipo que sea que pretenda o requiera la quiebra de la soberanía nacional".

El expresidente del Gobierno denunció que los nacionalismos sólo han demostrado "deslealtad con la democracia y con la ley" desde el mismo momento en que se alcanzó el pacto constitucional en 1978, a pesar de que ellos formaron "parte" del proceso constituyente y fueron, dijo, "parte importante" en él.

"El problema del nacionalismo no es solo con España ni es solo con la Constitución española. Su problema es con el Estado de derecho, con la sociedad abierta, con la diversidad, con la globalización", remachó.

Como prueba, esgrimió que desde Cataluña ahora se pretende "internacionalizar un supuesto conflicto" que no es tal e incluso "se chantajea con la utilización de un cuerpo armado autonómico", como cree que hizo el conseller de Interior, Felip Puig, al hablar de los Mossos.

EL GRAN DESAFÍO

Por su parte, el escritor Mario Vargas Llosa aseguró en su discurso de recepción del premio que España tiene mecanismos suficientes en la ley y el Estado de derecho para defenderse de las amenazas actuales.

Vargas Llosa señaló al nacionalismo como "el gran desafío" que tiene el país en estos momentos y pidió "hacerle frente sin complejos de inferioridad" aunque en algunos casos no utilice el terrorismo y se considere pacífico.

"El nacionalismo es una ideología autoritaria y reñida con la libertad porque el nacionalismo es una ideología que en vez del individuo soberano convierte en la esencia de la sociedad su vinculación con el territorio", dijo.

En la entrega del Premio FAES de la Libertad, que en anteriores ediciones recibieron el rey Juan Carlos I y la ex primera ministra británica Margaret Thatcher, se dio cita gran parte de la vieja guardia del Partido Popular que escudó a Mariano Rajoy en su primera legislatura en la oposición. Entre otros, estuvieron presentes Ángel Acebes, Eduardo Zaplana, Ignacio Astarloa y Gabriel Elorriaga.