Según informó el director científico del Centro de Investigación Biomédica en Red de Salud Mental (Cibersam) y jefe de servicio del Hospital General Universitario Gregorio Marañón de Madrid, Celso Arango, España se encuentra entre los países de la Unión Europea (UE) que menos inversión realiza en enfermedad mental, por delante tan sólo de Letonia, Francia, Portugal, República Checa y Eslovaquia.

“De los 100 euros que se dedican a salud sólo cinco se invierten en investigar estos trastornos. Además, en los últimos años se ha reducido la inversión en investigación un 25%”, afirmó.

Asimismo, agregó que “existe una desproporción entre lo que se destina a investigar otras patologías respecto a las mentales o enfermedades del cerebro, ya que los años de vida perdidos por personas que tienen enfermedades neuropsiquiátricas son mucho mayores que los de otras enfermedades que reciben el doble de financiación”.

Por ello, Arango explicó que “los psiquiatras consideramos que esta falta de innovación puede limitar el acceso a tratamientos más eficaces y puede repercutir en un enlentecimiento en el descubrimiento y desarrollo de nuevos tratamientos para estas devastadoras patologías”.

“No hay que olvidar que las enfermedades mentales son crónicas y afectan a gente muy joven y son las la causa del 30% de la discapacidad producida por enfermedades. Por ejemplo, los trastornos depresivos suponen el 4,5% de la carga global de la enfermedad, es decir, se pierden 65 millones de años de vida debido a la discapacidad asociada a la misma, y la depresión mayor se estima que puede ser la causa de entre el 4 y el 8% de las bajas laborales”, añadió.

Por su parte, el catedrático de Psiquiatría de la Universidad Autónoma de Madrid e investigador del Cibersam, José Luis Ayuso, manifestó que “en España la patología mental afecta al 25% de la población y estas personas tienen una menor esperanza de vida que el resto de la población”.

Asimismo, Ayuso agregó que “desde entidades como Cibersam, que capitaliza la investigación que se realiza en patología mental en España, se buscan nuevas fórmulas para lograr mejorar la inversión en estas enfermedades, siendo la formula óptima la de intentar conseguir colaboración público-privada para elevar así el nivel de productividad en la investigación de enfermedades mentales".