En el encuentro, organizado por la Sociedad Española de Directivos de la Salud (Sedisa), en colaboración con Sanofi Pasteur MSD, se dijo también que, en Europa, el promedio de profesionales sanitarios que se vacunan contra la gripe estacional varía entre el 20 y el 30%.

Tanto las cifras españolas como las europeas son "muy bajas" para Modoaldo Garrido, director gerente del Hospital Universitario Fundación Alcorcón y delegado Territorial de Sedisa en Madrid.

A este respecto, Ángel Plans, presidente de la Sociedad Catalana de Seguridad y Medicina del Trabajo, consideró que las cifras de inmunización varían en función de las facilidades con las que se encuentre el profesional sanitario a la hora de vacunarse.

"La experiencia nos ha demostrado que cuando se oferta la vacuna en el puesto de trabajo, aumenta la tasa de respuesta de los profesionales", concretó el doctor Garrido.

Así, apostó por "valorar la concesión de algún tipo de incentivo, por ejemplo al servicio o unidad que consiguiera mayor tasa de porcentajes de vacunación, o bien incluir ésta como parte de la evaluación de los objetivos anuales".

Los dos especialistas explicaron que la importancia de la inmunización en el trabajador sanitario radica en que "un profesional vacunado evita la transmisión de infecciones a pacientes susceptibles" y en que el médico o enfermero contagiado por la enfermedad puede causar absentismo laboral y dejar así de atender a los pacientes.

Se estima que cuando se vacuna un porcentaje importante del personal sanitario se reduce entre un 10% y un 20% la incidencia de patología severa entre la población asistida por este personal. Según estos facultativos, si médicos y enfermeros se vacunan tan poco contra la gripe es porque creen que no es necesario.