En el debate por partidas ministeriales de los Presupuestos Generales del Estado para 2010, Moratinos detalló que el porcentaje que corresponde a su departamento será del 1,46%, “algo inferior” al de 2009, “no tanto por aminoración como por el “incremento del gasto social”.

Además, señaló que, aunque la cuantía de 3.541 millones supone un 4,62% menos, representa un crecimiento del 5,81% respecto al presupuesto ejecutado en 2009. También recordó que, desde 2004, la dotación de Exteriores ha acumulado un crecimiento del 83,84%.

En cuanto a las partidas específicas para la Presidencia española de la UE, el ministro dijo que aportarán más de 14 millones que, añadidos al millón y medio ordinario, sumarán un total de 15,9 millones. También resaltó que la presidencia europea es “una gran oportunidad para que nuestro país se proyecte hacia el exterior desde su liderazgo de la Unión, y también un gran desafío”.

Moratinos aclaró que la organización de los actos correrá a cargo de Presidencia y que su ministerio se encargará, entre otras cosas, de las reuniones preparatorias de las cumbres y los encuentros ministeriales de la Alianza Civilizaciones; además, tratará de impulsar la relación con Mercosur y la Comunidad Andina.

En cuanto a la cooperación, el ministro de Exteriores negó que el 0,51% del PIB previsto para ayuda al desarrollo aleje a España del objetivo del 0,7%. Mencionó el incremento de 7.000 millones respecto a 2007 en un contexto de crisis para defender: “Tenemos capacidad de crecer lo necesario” para cumplir con este objetivo en 2011-2012.

Finalmente, Moratinos destacó que el Instituto Cervantes ha suplido con “recursos propios” el recorte presupuestario para 2010 y empleará un millón de euros más que en 2009 en la promoción en el exterior del español y las demás lenguas cooficiales.

CRÍTICAS DEL PP

Por su parte, el Partido Popular anunció que presentará una enmienda a la totalidad y otras cinco parciales al presupuesto del Ministerio de Asuntos Exteriores, y argumentó su oposición dividiendo su turno de réplica entre sus diputados Francesc Ricomà y Gonzalo Robles.

El primero reconoció que los objetivos del Gobierno y los de su partido son “mayoritariamente compartidos”, pero reprochó a aquél su “actitud engañosa en Afganistán”, su “laxitud” hacia el “encorsamiento democrático” que están sufriendo algunos países de Latinoamérica, su “legitimación del traspaso de poderes entre dictadores” y desatención a los disidentes en Cuba, su “cobardía” respecto a Gibraltar y su “cambio de posición” en relación al Sahara.

Además, dijo que los créditos presupuestarios “definen nuestra agenda exterior” y que lo previsto para 2010 “no contribuye a aumentar nuestro peso en el concierto internacional”.

En el capítulo de enmiendas parciales, propuso un aumento de las dotaciones para la Escuela Diplomática, los españoles condenados a pena de muerte, la Secretaría de Estado para Iberoamérica y la Casa del Mediterráneo en Benidorm, así como la creación de una oficina de información para los españoles que se trasladan diariamente a Gibraltar y se han visto afectados por los acuerdos alcanzados en el Foro de Diálogo.

Finalmente, Ricomà advirtió a los socialistas que la presidencia europea es “una oportunidad única para posicionarnos”, por lo que les aconsejó: “No hagan en Europa lo que hacen en España”, incurriendo en una supuesta “laxitud en la defensa de la democracia y los derechos humanos” que dijo que “caracteriza” a la UE.

A su vez, Gonzalo Robles criticó el “truco” de comparar el presupuesto previsto para 2010 con el ejecutado en 2009 y señaló que la comparación con el anunciado para este año arrojaría un recorte de 400 millones, el 8%. Además, aseguró que el Comité para la Ayuda al Desarrollo de la OCDE siempre reduce la cantidad anunciada por España y que la de este año será del 0,48% del PIB, tres centésimas por debajo de lo presentado.

Finalmente, precisó que las enmiendas parciales del PP a este capítulo “refuerzan instrumentos de cooperación” como los microcréditos y “apuestas estratégicas” como fortalecimiento institucional contra corrupción en América Latina; el sida, la malaria y la tuberculosis; las becas y las ayudas a cooperantes y ONG.

PSOE, CiU E IU-ICV-ERC

Por parte del PSOE, Pedro Sánchez Pérez-Castrejón complementó la intervención de Moratinos destacando que en los últimos cinco años el presupuesto de cooperación ha aumentado un 148% y España ha llegado a ser el quinto donante europeo cuando en 2000 era el décimo tercero. Además, mencionó la creación de 14 nuevos consulados y los planes Asia y Pacífico, en zonas emergentes donde, según dijo, con el PP no había presencia española.

Seguidamente, el portavoz socialista afirmó que “gracias a la labor de este Gobierno, España cuenta y mucho en foros internacionales como el G-20”, todo ello “sin poner los pies encima de ninguna mesa”, y criticó la “incoherencia” de que el PP reclame más ayuda al desarrollo cuando en 2004 la redujo hasta el 0,24% del PIB y de que “por la mañana dicen que los presupuestos son insostenibles y por la tarde piden un aumento de la dotación para ayuda al desarrollo”.

Aparte de los dos grandes partidos, intervinieron el diputado de CiU Pere Macías y el portavoz de IU-ICV-ERC, Joan Ridao. El primero pidió que el acuerdo entre PP y PSOE para la Presidencia europea se extienda al resto de grupos y que el mandato español contemple como “prioridad” el Corredor Mediterráneo y avance en el reconocimiento de las lenguas no estatales en la Eurocámara.

Además, defendió, como el PP, una dotación para los ciudadanos que afrontan condenas a muerte y otras para la búsqueda de una vacuna contra la malaria en el Hospital Clinic Barcelona y la promoción del catalán desde el Centro Unesco Cataluña. Sin embargo, anunció que CiU no votará en contra a la sección presupuestaria de Asuntos Exteriores.

Por su parte, Joan Ridao denunció que, al disminuir el presupuesto, “como siempre el primer damnificado es la ayuda a la cooperación” y las ONG, una partida cuya reducción cifró en 35 millones. Asimismo, el portavoz de IU-ICV-ERC ve “hipotecado” el compromiso de destinar a este fin el 0,7% del PIB, perdiendo “los avances de los últimos años”.

En cuanto a las enmiendas de su grupo, precisó que van destinadas a paliar la “opacidad y falta de control” de la ayuda al desarrollo, a reducir los préstamos que generan deuda en los países receptores y a pedir para la promoción en el extranjero de las lenguas oficiales distintas del castellano unas partidas proporcionales a su número de hablantes.