Del mismo boletín se desprende que la tasa de paro entre los beneficiarios de Cruz Roja Española es del 64,86% y que el 50% de los desempleados ayudados por la organización llevan más de dos años sin trabajar. De estos últimos, el 51% carecen de cobertura de desempleo o rentas mínimas.

Por estos motivos, Cruz Roja Española, además de reforzar sus programas habituales de lucha contra la pobreza y la exclusión social, puso en marcha en 2008 medidas específicas para hacer frente al impacto de la crisis económica entre la población vulnerable a la que ya atendía la institución.

La distribución de alimentos, vestuario y enseres, el apoyo sociosanitario en asentamientos y núcleos deprimidos, los puntos de información sobre empleo o las ayudas económicas de carácter puntual son algunas de las intervenciones de emergencia social que está llevando a cabo Cruz Roja y que beneficiaron a más de un millón de personas en 2011.

Puesto que uno de los colectivos más sensibles ante este contexto de crisis es el de las personas en situación de extrema pobreza y exclusión social, la ONG ha reforzado su respuesta a través de acciones como las Unidades Móviles de Emergencia Social (Umes), la atención psicosocial, los centros de acogida o la prevención de la exclusión escolar, entre otras.

En total, a través de estas acciones con personas en situación de extrema pobreza, Cruz Roja atendió a más de 325.000 personas en 2011 (100.000 más que el año anterior).

Su población diana sigue siendo mayoritariamente masculina, aunque el mayor crecimiento se produce entre las mujeres. También han experimentado un incremento importante los proyectos de actuación en barrios, especialmente entre la población femenina.