Aznar lanzó a Zapatero ste reclamo durante un mitin del Partido Popular. El jefe del Ejecutivo acudió finalmente a Las Palmas de Gran Canaria tal y como tenía previsto a pesar de los atentados suicidas ocurridos esta noche en Casablanca. Llegó acompañado de la candidata a la Alcaldía de la ciudad, Josefa Luzardo; y del candidato al gobierno de la comunidad, José Manuel Soria.

El líder de los populares criticó que tanto Odón Elorza en San Sebastián como Juan José Lizarbe en Navarra están dispuestos "a hablar con todos y pactr con todos" menos con el Partido Popular y con Unión del Pueblo Navarro, respectivamente, tras las elecciones del 25 de mayo.

"Yo quiero escuchar una respuesta clara del señor Zapatero y quiero escucharla también cuando el alcalde de San Sebastián dice que puede hacer pactos diversos. ¿Qué quiere decir hacer pactos diverso en San Sebastián, que se puede pactar también con los que defienden el Plan Ibarretxe? Pues yo quiero una respuesta muy seria del señor Zapatero porque con esas cosas no se puede jgar, salvo que uno no dirija un partido sino que dirija un grupo en el que cada uno haga lo que le dé la gana poniendo en cuestión las cosas serias de España", dijo.

Asimismo, mostró cierto enojo por el rechazo del Partido Socialista a elaborar listas conjuntas con el Partido Popular en aquellos municipios del País Vasco y Navarra donde ambas formaciones no pudieran presentarse por separado.

DEFENSA DE LA GUARDIA CIVIL

Como algo excepcional, Aznar quiso meterse esta vez en el debate político dela comunidad y tachó de "frívola" la propuesta de Coalición Canaria de crear una policía autonómica que dejaría prácticamente sin competencias a la Guardia Civil.

Calificó de "muy buena" la labor de todas las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado y aseguró que la Benemérita es un ejemplo en todo el mundo, por lo que su posible marcha en Canarias sólo acabaría perjudicando la seguridad de los ciudadanos.

El presidente del Gobierno criticó también al Partido Socialista y a Coalición Canaria poroponerse al principio de la legislatura a la reforma de la Ley de Extranjería, cuyas consecuencias "todavía estamos pagando", porque ni la península ni las islas pueden tener una capacidad ilimitada para aceptar inmigrantes.