Discapacidad. Algunas sociedades creen que los hombres con sida se curan teniendo relaciones sexuales con mujeres con discapacidad

- Según se puso de manifiesto en la conferencia internacional 'Los Desafíos del Nuevo Milenio para las Mujeres con Discapacidad'

MADRID
SERVIMEDIA

Sociedades como la de Uganda consideran que los hombres con sida pueden curarse manteniendo relaciones sexuales con mujeres con discapacidad, a las que, sin embargo, no se les concede el derecho a decidir si quieren tener o no esas relaciones.

Así lo denunció este jueves en Madrid Beatrice Guzu, de la Organización de Mujeres con Discapacidad de Uganda, quien participó en una mesa redonda sobre 'La Experiencia de las Mujeres con Discapacidad ante sus Derechos Sexuales y Reproductivos', celebrada en el marco de la conferencia internacional 'Los Desafíos del Nuevo Milenio para las Mujeres con Discapacidad', que se está desarrollando estos días en Madrid organizada por el Cermi.

En su intervención, Guzu expuso la difícil situación de las mujeres con discapacidad en su país, donde este sector de la población no recibe formación sexual, porque sus familias entienden que no van a tener deseos ni necesidad de utilizarla.

En una sociedad llena de tabúes y supersticiones, prosiguió, las niñas y mujeres con discapacidad tampoco pueden beneficiarse de la optención de la píldora anticonceptiva, porque además de entender que no la necesitarán, consideran que la contracepción provoca discapacidad.

En esta sociedad, abundó, a las mujeres con discapacidad intelectual se las deja muchas veces en la calle, a merced del placer de cualquier hombre que quiera utilizarlas como objetos sexuales.

Pero tal y como evidenció Jahda Abou Khalil, de la Organización Árabe de Personas con Discapacidad, en su sociedad, el sector femenino con discapacidad no corre mucha mejor suerte que en Uganda, ya que allí tener discapacidad incrementa las posibilidades de discriminación si se es mujer.

En la sociedad árabe, explicó Khalil, "todavía no se reconoce a las mujeres con discapacidad como parte de ella", por lo que abogó por potenciar el trabajo de muchas activistas dispuestas a ser interlocutoras persistentes.

Como ejemplo de algo excepcional, citó los casos de tres mujeres árabes ciegas casadas con hombres sin discapacidad, si bien apuntó que una de ellas quedó recluida en su casa por no haber tenido descendencia y ser además discapacitada.

Y es que, apuntó, preguntados si aceptarían casarse con una mujer con discapacidad, muchos árabes responden que "no es normal que una persona normal se case con una anormal", mientras que otros aseguran que aceptarían "porque Dios les recompensaría" por ello.

En el mundo árabe, finalizó esta activista, se aborda todavía la discapacidad "como un problema", lo que hace que las mujeres que viven con ella no tengan prácticamente derechos.

MUJERES CON SORDOCEGUERA

Y sin irse tan lejos, en la misma España, que es donde se celebra hasta mañana la conferencia organizada por el Comité Español de Representantes de Personas con Discapacidad (Cermi), las mujeres con discapacidad se ven privadas muchas veces de sus derechos sexuales y reproductivos.

Un caso especialmente difícil es el de las mujeres con sordoceguera, que no es que sean invisibles, es que, directamente, "no existen", aseguró Marina Martín, de la Asociación de Personas Sordociegas de España.

Martín dijo no entender por qué motivo no existen todavía datos fiables de ciudadanos sordociegos y explicó que la sordoceguera no es la suma de dos discapacidades, sino una sola que provoca importantes problemas de aislamiento y vulnerabilidad social.

Que una niña o una mujer con esta discapacidad pretenda salir y tener relaciones sociales suele provocar pánico en su entorno familiar, que se ve abrumado rápidamente por el temor de que pueda enamorarse y querer formar una familia.

Sin embargo, indicó, las mujeres sordociegas confiesan que sólo en la etapa educativa tienen un conocimiento muy básico de la sexualidad, por lo que les resulta muy difícil tener experiencias afectivas y sexuales. Y tampoco pueden reivindicarlas, denunció Martín, porque les falta formación para hacerlo al desconocer, la mayoría de ellas, sus derechos.

Ya en el plano de la maternidad, Catalina Devandas, del Fondo de los Derechos de las Personas con Discapacidad de EEUU, relató su experiencia como madre, no exenta de obstáculos incluso en su propia familia.

Y es que, apuntó, aunque la familia y los amigos acepten a sus mujeres con discapacidad, no se imaginan nunca que vayan a querer tener hijos, por lo que cuando se quedan embarazadas se echan las manos a la cabeza y ven en todo problemas.

"Nosotras no encajamos dentro de este modelo machista de la supermamá", afirmó Devandas, quien denunció incluso desconocimiento en el propio sector de la discapacidad.

A este respecto, Ana Peláez, comisionada de género del Cermi, apostó por que las propias organizaciones de personas con discapacidad cuenten con códigos éticos para denunciar e impedir los abusos sexuales hacia las mujeres con discapacidad, que, dijo, a veces sí conocen, pero callan.

Finalmente, Cristina Rosell, de Down España, pidió que se respeten los derechos de las mujeres con discapacidad intelectual, que también quieren tener un trabajo, una pareja y unos hijos.

(SERVIMEDIA)
28 Jun 2012
IGA/caa