Su objetivo es proporcionar ayuda básica para salvar las vidas de estos niños y proteger sus derechos fundamentales.

Sin embargo, Naciones Unidas pidió una inversión total de al menos 107 millones de dólares para ayudar a toda la población filipina damnificada por el ciclón, cuyo alcance real aún se desconoce.

Unicef trabaja con el Gobierno de Filipinas en el control de infecciones y en un programa piloto de reapertura urgente de escuelas.

En el ámbito del Agua, Saneamiento e Higiene (WASH), se centrará en el aumento del acceso al agua y a los inodoros, en la distribución de agua y suministros sanitarios y en la promoción de la higiene.

En cuanto a la alimentación, sus intervenciones clave serán la detección y el tratamiento oportuno de la nutrición para las mujeres embarazadas y lactantes, la entrega de suministros y productos nutricionales y la protección de la lactancia materna.