La Fiscalía Anticorrupción y la Abogacía del Estado señalaban a Parra, que admitió los hechos a cambio de una rebaja de la pena, y Gómez por un delito de administración desleal, en el que el resto de los acusados estaban señalados como cooperadores necesarios.

Según el Fiscal, Parra sería el impulsor de una operación “irregular” como consejero de la sociedad Inversiones Financieras Agval, participada a medias por el Banco de Valencia y la familia Calabuig, propietaria de Global Omnium.

La sentencia explica que Parra compró en 2009 la sociedad inmobiliaria Costa Bellver, a través de Agval. La familia Calabuig ya había comprado acciones de Costa Bellver por valor de 30.900 euros cada uno, mientras que Agval pagó 84.000 euros por ellas.

Días más tarde, Aurelio Gómez ordenó al entonces consejero delegado de Bancaja Habitat José Cortina y a Manuel Setién, directivo de la entidad, que compraran acciones de Agval, de la que eran propietarios los Calabuig a través de Fucsa al precio más elevado. Las acusaciones evaluaban el quebranto para las entidades en más de 30 millones de euros. Pero el tribunal no considera suficientemente acreditados los hechos.

Parra ya fue condenado por la Audiencia Nacional a devolver solidariamente con otros tres condenados un total de 94 millones de euros al FROB, que tuvo que rescatar la entidad por prácticas de administración desleal. Además, Parra fue absuelto el pasado verano en la causa por las pólizas y los préstamos que la entidad bancaria concedió a la promotora inmobiliaria, también por falta de pruebas.