El Gobierno y los transportistas vuelven a encontrarse en una semana en la que han mantenido reuniones todos los días salvo ayer, jueves, jornada en la que precisamente los transportistas celebraron su Asamblea General Extraordinaria para aprobar las cuentas y en la que analizaron el paro convocado para los días 20, 21 y 22 de diciembre, días previos a la Navidad.

Argumentaron que las empresas del sector tienen que hacer frente a una “fuerte subida de los costes”, especialmente el carburante, que luego “no pueden repercutir en sus clientes ante la falta de herramientas jurídicas para ello” por la cláusula del gasóleo obligatoria y la “clara posición de dominio de dichos clientes que, en algunos casos, incluso amenazan con rebajar los precios”, según apuntaron en un comunicado.

Además, explicaron que siguen “soportando tiempos de espera desorbitados” y tienen que realizar las labores de carga y descarga.

Del mismo modo, otras cuestiones como la posible imposición de peajes, la desaparición del gasóleo profesional o la falta de la devolución de los 200 millones del céntimo sanitario “ponen en peligro la viabilidad de nuestras empresas y, en consecuencia, la recuperación de la economía española”.

No obstante, reivindicaron su “talante negociador” y señalaron que están a la espera de recibir una propuesta por escrito del Gobierno.