Según informó la DGT, más de 600.000 escolares utilizan diariamente este tipo de transporte para desplazarse a sus centros educativos y, aunque las tasas de accidentalidad son “mínimas”, Tráfico consideró “necesario continuar garantizando esa seguridad”.

De este modo, los agentes de la Agrupación de Tráfico de la Guardia Civil y las policías locales de los municipios que participen en la campaña intensificarán las inspecciones a estos vehículos para comprobar que las autorizaciones y documentos que precisan son correctos.

A su vez, verificarán que las condiciones técnicas y los elementos de seguridad del vehículo y los requisitos especiales que debe cumplir el conductor son los que exige la normativa.

La DGT explicó que el transporte escolar está sometido a una serie de normas de cuyo cumplimiento depende en muchos casos la seguridad de los chavales, por lo que es “responsabilidad de todos exigir que éstas se cumplan, ya sea a través de campañas como esta, de los centros educativos o de las asociaciones de padres que se encargan de contratar las rutas”.

La velocidad inadecuada y las distracciones son las principales causas de los accidentes en los que están implicados este tipo de vehículos, por lo que se controlará especialmente que se circula a la velocidad permitida, que no se hace uso del teléfono móvil u otros aparatos que supongan distracción y se harán test de alcohol y otras drogas entre los conductores.

Dada la importancia del cinturón de seguridad en caso de accidente, se prestará especial atención a su uso en aquellos autobuses escolares que los lleven instalados.

El 90% de los accidentes que se producen durante el transporte escolar suceden en momento de subir o bajar del vehículo o en los instantes inmediatos a estas acciones, siendo mayoritariamente atropellos causados por una distracción del menor, del conductor o de los padres.

Ante esta situación, la DGT recomendó a los padres “respetar las paradas, ir con tiempo suficiente y no esperar a los niños al otro lado de la calzada”.

Del mismo modo, aconsejó “no pararse nunca detrás del autobús porque no le ven (el conductor al menor)”, “esperar a señal conductor y cruzar siempre al menos tres metros por delante”, “dentro del autobús, mantenerse sentado y con el cinturón puesto, “no correr ni al llegar ni al salir”, “obedecer al conductor y al monitor”.

En el caso de ir caminando a la escuela, incidió en la importancia de “mirar a ambos lados antes de cruzar y hacerlo siempre por semáforos o pasos para peatones”, “caminar por el interior de la acera, lejos del bordillo”, “no cruzar las calles o plazas en diagonal o zigzag”, “tener cuidado con los coches que entran y salen de los garajes” y “en carretera, ir por la izquierda; y de noche, llevar prendas reflectantes”.

Por otro lado, Tráfico llamó a “crear caminos escolares seguros que faciliten el desplazamiento a la escuela andando, en bicicleta o en transporte público”, lo cual constituye uno de los objetivos de la Estrategia Española de Seguridad Vial 2011-2020.

La DGT facilita a padres, alumnos, colegios y ayuntamientos recursos para realizar los desplazamientos de ida y vuelta al colegio a pie, en bici o en transporte público, exponiendo que un “camino escolar seguro” debe cumplir las siguientes características: “aceras amplias, con semáforos que duren lo suficiente para que a los niños les dé tiempo a pasar”, “semáforo sin luz ámbar”, “una parada donde los padres dejen a los niños y desde ahí, con un adulto, vayan andando al colegio”, “comerciantes que ayudan a los que van solos al colegio”, prohibición de aparcar a la entrada y salida del colegio, evitando así aglomeraciones”, “velocidad máxima de 30 km/h indicada mediante señalización”, “parking para bicicletas” y “policías para regular la entrada al colegio”.