La directora del Servicio de Estudios de Tinsa, Cristina Arias, señaló este martes que “la evolución del sector inmobiliario se enmarca en un entorno de recuperación económica en el que la demanda se reactiva más rápido que la oferta y tensiona los precios al alza”.

Así, la estadística refleja que el mercado de la vivienda registra elevadas variaciones, tanto en términos interanuales como acumulados desde marzo de 2020 y algo más moderados durante 2021. Además, el dato de variación interanual se ve impulsado por la comparación con el último trimestre de 2020, periodo en el que la vivienda registró “ajustes de precios más intensos”.

De esta manera, las mayores revalorizaciones se producen en la costa mediterránea, con viviendas un 13,4% más caras que hace un año, y en las capitales y grandes ciudades, donde las viviendas han incrementado un 10,9% su precio.

A las nuevas necesidades de vivienda provocadas por el confinamiento, se les suma un interés inversor. “La demanda refleja una actividad por encima de la oferta en un entorno de tipos bajos, que, unido a la incertidumbre sobre la inflación y la menor rentabilidad de otros productos financieros como los depósitos y la deuda pública, hacen del producto inmobiliario una inversión alternativa atractiva”, aseguró Cristina Arias.

Por otro lado, la directora del Servicio de Estudios de Tinsa descartó a pesar de las tensiones de la inflación “un sobreconsumo de crédito y producto residencial” al subrayar que “la relación entre hipotecas y compraventas se mantiene en una proporción equilibrada que evidencia la capacidad de ahorro y los recursos propios de la demanda actual, en un marco en el que los criterios de concesión de las entidades financieras no han variado”.

Tras el incremento de los precios registrado en los últimos meses, el valor medio se encuentra un 28,2% por debajo del momento más tensionado del ciclo anterior, en 2007. En la costa mediterránea, la caída acumulada desde sus máximos se sitúa en el 35,8%, manteniéndose como la zona con mayor diferencia respecto a 2007, en contraste con el 11,2% que separa el precio medio actual en las islas de su momento más alto.