Palahí realizó esta petición en el acto que la ONCE organizó para conmemorar el Día de la Mujer en el Círculo de Bellas Artes de Madrid, en el que también participó la filósofa y miembro del Consejo de Estado Amelia Válcarcel, que pronunció una conferencia sobre “La experiencia intelectual de las mujeres”.

La vicepresidenta de la ONCE, que habló sobre mujer y discapacidad, recordó que “la Convención de las Naciones Unidas sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad dice que estas personas tenemos el derecho de elegir un empleo en un mercado abierto, inclusivo y accesible, pero, la verdad, hay que decir que no se cumple”.

“La tasa de ocupación de las mujeres con discapacidad es cuatro veces menor. En España la tasa de inactividad de las mujeres discapacitadas llega al 75%. Si queremos una sociedad más igualitaria, es urgente que se tomen medidas para que las mujeres con discapacidad se incorporen al mercado laboral. Hay que impulsar medidas, porque estamos hablando de un tema de justicia”, señaló Palahí.

La vicepresidenta de la ONCE recordó que esta organización siempre ha luchado por una sociedad igualitaria. “La ONCE siempre ha tenido muy presentes a las mujeres. Ya en los años 50 impulsó fábricas para mujeres ciegas. Esta organización siempre ha pagado igual a los hombres y las mujeres”, indicó.

"RUGE LA CAVERNA"

Por su parte, la filósofa Amelia Válcarcel hizo un recorrido histórico por la lucha de las mujeres en los últimos 101 años, desde 1911, año en el que el Gobierno español permitió a una mujer matricularse en la Universidad aunque no le permitía obtener un título, hasta nuestros días.

Relató cómo esa primera mujer fue apedreada y cómo la periodista Rosario de Acuña relató el hecho en un artículo titulado “Ruge la caverna”, lo que “le costó el destierro”, mientras que los que tiraron piedras siguieron estudiando.

“En realidad la primera mujer que entró en la Universidad fue Concepción Arenal en 1850, pero tenía que ir a clase vestida de hombre. En aquella época el travestismo estaba mejor visto que el que una mujer estudiase”, explicó Valcárcel.

Glosó el trabajo de las sufragistas y recordó que fue la República la que aprobó el voto de las mujeres y cómo la Guerra Civil y la dictadura de Franco “supuso un bache terrible para los derechos de las mujeres”.

Asimismo, denunció que el poder sigue blindado para los hombres, y las mujeres que logran entran en su círculo sufren el síndrome de Estocolmo y se olvidan de cambiar las cosas.

Su conclusión fue que “estamos mejor que nunca, pero un poco como siempre”, y que en estos 101 años de historia no ha habido igualdad, “pero sí hemos trabajado por ella”.