Previsiones macroeconómicas
La OCDE rebaja su previsión de crecimiento para España al 4,5% en 2021 y al 5,5% en 2022
-Frente al 6,8% y 6,6%, respectivamente, que preveía en septiembre

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La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) rebajó este miércoles su previsión de crecimiento de la economía española al 4,5% en 2021 y al 5,5% en 2022, frente al 6,8% en el presente año y el 6,6% en el próximo que calculaba en sus estimaciones de septiembre.
Así se refleja en la actualización de su ‘Economic outlook’ publicado este miércoles, que también indica una previsión de crecimiento del 3,8% en 2023, y que sitúa las previsiones por debajo de las del Gobierno, que estiman un avance del 6,5% del PIB en 2021 y del 7% en 2022.
De esta forma, la OCDE sitúa sus previsiones en línea similar a las de la Comisión Europea, que en noviembre también las actualizó a la baja al calcular un crecimiento del 4,6% en 2021 -frente al 6,2% que previa en julio- y del 5,5% en 2022 -frente al 6,3% previsto anteriormente-. Para 2023, Bruselas calcula un crecimiento del 4,4%, superior al 3,8% que prevé la OCDE.
En comparación con otras áreas, el avance del 4,5% que la OCDE prevé para España en 2021 se sitúa por debajo tanto del que calcula para la media mundial (5,6%); como del 5,2% de la zona euro; el 5,9% para el G20; el 5,3% para los países que integran la OCDE; y el 5,6% de Estados Unidos. En cuanto a otros países europeos, prevé un 2,9% para Alemania, un 6,8% para Francia y un 6,3% para Italia. Para Reino Unido, la OCDE calcula un crecimiento del 6,9% en 2021.
Por el contrario, el 5,5% que el organismo estima que España crecerá en 2022 es superior al 4,5% que calcula a nivel mundial; el 4,3% de la zona euro; el 4,7% del G20; el 3,9% de la OCDE; y el 3,7% de Estados Unidos. Entre los principales países europeos, estima un 4,1% para Alemania, un 4,2% para Francia y un 4,6% para Italia, mientras que para Reino Unido estima un crecimiento del 4,7% en 2022.
En lo que se refiere al déficit público, la OCDE calcula que España lo cierre en el 8,1% en 2021 para reducirlo al 5,4% en 2022 y 4,2% en 2023. En cuanto a la deuda, el organismo internacional estima que aumente del 120% del PIB al 120,1% este año, para bajar al 117,1% en 2022 y al 115,9% en 2023.
En este sentido, el informe advierte que “la elevada deuda pública exige una renovada prudencia fiscal una vez que la recuperación esté firmemente en marcha”, y hace una mención concreta a la reforma de las pensiones, indicando que “está aumentando el poder adquisitivo de los jubilados” pero que también “debe equilibrarse” con medidas “que garantizan la sostenibilidad fiscal a largo plazo”.
En cuanto al empleo, la previsión de la OCDE es que la tasa de paro cierre 2021 en el 15%, cinco décimas menos que en 2020, y que continúe bajando hasta el 14,2% en 2022 y al 14,6% en 2023, ya por debajo del 14,1% registrado en 2019, antes de la pandemia de Covid-19.
ANÁLISIS
En cuanto al análisis de la situación económica en España, el informe de la OCDE indica que se alcanzará el nivel de PIB anterior a la pandemia en el primer trimestre de 2023, y apunta que la demanda interna será el principal impulsor del crecimiento, gracias a “una mayor confianza, la mejora de las condiciones del mercado laboral, las condiciones de financiación favorables y los fondos de la UE”.
Sobre la inflación, considera que “en 2022 seguirá siendo alta debido al efecto de arrastre de 2021”, mientras que la inflación subyacente “se mantendrá en niveles moderados”, mientras que señala que el aumento del salario mínimo y de las pensiones “apoyará los ingresos familiares”.
Además, el organismo apunta que “la política fiscal seguirá siendo de apoyo en 2022 y, en general, neutral en 2023”, mientras que destaca que “la mejora y actualización de las competencias de los trabajadores, a través de políticas activas del mercado laboral y el aprendizaje, será clave para facilitar una recuperación inclusiva y recoger los beneficios de una mayor digitalización”.
Por otro lado, advierte que, “para evitar un posible aumento de la insolvencia de empresas, debería acelerarse la prestación de ayuda directa a empresas viables y debería aprobarse rápidamente el proyecto de ley de insolvencia”. Asimismo, considera que “la introducción de reformas para eliminar los obstáculos regulatorios al crecimiento empresarial y mejorar la innovación es esencial para mejorar la productividad e impulsar el potencial de crecimiento”.
Por otra parte, destaca que “la actividad manufacturera sigue siendo fuerte, y la proporción de empresas que enfrentan cuellos de botella debido a la escasez de ciertos bienes y materias primas, del 22%, fue menor que el promedio de la UE del 48%, según una encuesta de octubre”. Además, señala que los datos de gasto de tarjetas de crédito de octubre apuntan a un repunte de los gastos en actividades relacionadas con el turismo, incluso por parte de extranjeros.
En cuanto al mercado laboral, la OCDE resaltó que “se ha mostrado resistente en comparación con crisis anteriores, ya que los planes de retención de puestos de trabajo -los ERTE- han desempeñado un papel clave para limitar la pérdida de puestos de trabajo y están permitiendo una recuperación más rápida”.
En lo que respecta a los posibles riesgos que harían crecer la economía española en menor medida a la prevista, el informe apunta a “un resurgimiento de la pandemia, una mayor persistencia de la inflación con un traspaso a los precios y salarios finales, efectos de cicatrización mayores de lo esperado por un mayor desempleo e insolvencias, y una velocidad de absorción de los fondos de la UE inferior a la proyectada”.
Por el contrario, como factores que podrían impulsar más el crecimiento, señala “una convergencia del turismo a niveles prepandémicos más rápida de lo previsto y un impacto de los fondos de la UE sobre la actividad económica superior al previsto”, añadiendo en este sentido que “el uso eficaz de los fondos de la UE y las reformas estructurales puede impulsar el crecimiento a largo plazo”.
REFORMAS
Sobre las reformas estructurales, la OCDE indica como necesarias una que aborde la fragmentación del mercado interior de los mercados de productos, al considerar que puede ser un obstáculo para la entrada y el crecimiento de empresas innovadoras; y la reducción de la dualidad del mercado laboral y la mejora de las habilidades y las perspectivas laborales, especialmente de los jóvenes, a través de políticas activas de empleo más eficientes.
Por último, también menciona la necesidad de aumentar la eficiencia energética de los edificios y promover una mayor proporción de energías renovables y facilitar una mayor competencia en el mercado de la electricidad puede ay
(SERVIMEDIA)
01 Dic 2021
IPS/gja