Lo hizo a través de una declaración de su coordinador especial para la Respuesta a Refugiados y Migrantes en Europa, Afshan Kahn, quien observó que esta tragedia, “la más mortífera registrada en el Canal de la Mancha”, supone un “claro recordatorio de que hace falta una acción colectiva urgente para detener la pérdida evitable de vidas en el mar e impedir que vuelvan a ocurrir hechos similares en el futuro”.

Recordó que al menos 744 personas en tránsito han muerto en Europa desde 2014, casi 200 de ellas en su intento por cruzar el Canal de la Mancha. Esta cifra asciende a más de 23.000 si se añaden las muertes en el Mediterráneo desde ese mismo año, entre ellas niños y niñas, quienes huyen de la guerra, lo conflictos, la pobreza, la violencia, la discriminación y el abuso.

Ante esta situación, llamó a ampliar las operaciones de búsqueda y salvamento en el mar, incluido el desembarco seguro; proporcionar vías legales seguras para proteger a los menores en tránsito y evitar que queden expuestos a viajes peligrosos, a la violencia, al abuso y a la explotación por parte de traficantes y contrabandistas; no devolver a los niños y niñas solicitantes de asilo y refugiados a ningún país, salvo que se determine que es lo mejor para ellos de acuerdo con la legislación vigente; acabar con la detención migratoria infantil y mantener juntas a las familias; y a protegerles en sus países de origen, destino y a lo largo de las rutas migratorias, garantizando condiciones de recepción adecuadas y procedimientos de asilo adaptados a ellos.

A su vez, consideró “profundamente preocupante lo lejos que estamos de hacer realidad los derechos de los niños y niñas en tránsito”, y se puso a disposición de los gobiernos, las organizaciones de la ONU y la UE para brindarles “apoyo humanitario urgente y protección”.

Por último, aseveró que “ni un sólo niño debería morir en el mar. Podemos, y debemos, trabajar juntos para proteger a todos los niños y niñas que huyen de los conflictos, la violencia y la pobreza en todas partes”.