Violencia de género

Expertos aseguran que el confinamiento generó nuevas situaciones de violencia contra las mujeres

MADRID
SERVIMEDIA

El confinamiento general de la población para atajar la pandemia de Covid-19 generó nuevas situaciones de violencia contra las mujeres fruto de la tensión acumulada y del aislamiento de las víctimas, que tenían complicado denunciar lo ocurrido.

Así lo afirmó Pau Crespo Donet, Director del Máster Universitario en Intervención Interdisciplinar en Violencia de Género de la Universidad Internacional de Valencia (VIU, por sus siglas en inglés), quien reflexionó sobre el tema desde diversos prismas, como el impacto que ha tenido la Covid y el confinamiento en las violencias contra las mujeres, cómo se debe enfocar la educación para combatirla o los desafíos a los que se enfrentan quienes trabajan activamente por prevenirla y erradicarla; todo ello en el marco del Día Internacional contra la violencia contra las mujeres, que se celebra este jueves, 25 de noviembre.

Sobre como afectó el confinamiento a la violencia de género, el experto aseguró que, en un primer momento, esta disminuyó, ya que los agresores no requerían de la violencia directa como mecanismo de control dada la convivencia permanente, al tiempo que graves situaciones de violencia quedaban totalmente invisibilizadas debido al incremento del aislamiento de las víctimas. Sin embargo, hubo un segundo período, cuando se alargó el confinamiento, en el que la violencia aumentó y surgieron nuevas situaciones de violencia, ocasionadas por la tensión acumulada y por el aislamiento de las víctimas.

Esa violencia, que se veía ejercida por compañeros sentimentales, se hila con un estudio de la ONU que resalta que una de cada tres mujeres en el mundo ha sufrido violencia física o sexual, principalmente por un compañero sentimental. Así, el experto comentó que debe afrontarse continuando con la sensibilización y la visibilización de las violencias contra las mujeres para lograr su prevención, que no se produzcan, y, de producirse, una intervención rápida. “Debe ser la educación de las nuevas generaciones. Pero, si primero las generaciones adultas no toman conciencia y actúan frente a las situaciones de discriminación o violencia contra la mujer, difícilmente podrán transmitirlo de forma eficaz a las nuevas generaciones”, añadió.

En cuanto a la reivindicación de visibilización de las violencias sobre las mujeres, el experto resaltó el papel de las redes sociales como “fundamental”. Así, aunque explicó que desde los años 90 del siglo pasado se han estado mostrando situaciones de discriminación, la globalidad de las redes ha conseguido que “las reivindicaciones por los derechos y por la vida de las mujeres estén más presentes y activas civil, política y académicamente y que las nuevas generaciones estén más sensibilizadas, especialmente entre las mujeres”, contexto en el que resaltó movimientos a escala internacional como el ‘Me too’ o el movimiento ‘Ni una menos’ así como las manifestaciones y movilizaciones en el Día Internacional de la Mujer en los últimos años previos a la pandemia; y a nivel nacional, como la reacción en España ante diferentes violaciones colectivas.

REBANCHAS DEL PATRIARCADO

“Sin embargo ante los avances de los derechos de las mujeres surgen las denominadas ‘revanchas del patriarcado’ poniendo en duda las desigualdades de género existentes y minimizando, ocultando o incluso justificando las violencias contra las mujeres en cualquiera de sus formas”, explicó el profesor de la VIU, basándose en el último ‘barómetro sobre juventud y género de 2021’, que indica que se han logrado importantes avances sobre la percepción sobre desigualdad e igualdad y los roles y estereotipos de género y que mayoritariamente se considera la violencia de género como muy grave; pero donde casi un 10% de chicas y el doble de los chicos, el 20%, consideró que se trata de un invento ideológico con incrementos en ambos sexos respecto al mismo estudio de 2019.

En este sentido, Rebeca Cordero, profesora titular de Sociología de la Universidad Europea y miembro del ‘Grupo Conocimiento-Investigación en Problemáticas Sociales’ del centro, quien investiga sobre jóvenes, generaciones y las diferencias en su comunicación a través de redes sociales así como sus narrativas, se alineó con el estudio de percepciones ‘Tolerancia 0’, que contó con 6.000 testimonios de los que destacó que seis de cada diez jóvenes afirmó conocer un caso de violencia de género en su entorno.

Sobre dicho estudio, y en declaraciones a Servimedia, la socióloga pidió tener en cuenta que se trata de un estudio de percepciones, y pidió tener cautela con la información que de él se extrae, pues quizá los jóvenes “se lo cuenten más, pero no denuncien más”, señalando situaciones con ciertas incongruencias, como grabaciones de chicas víctimas llorando o con crisis de ansiedad “para mantener una narración continua sobre sus vidas”, ocasiones donde son capaces de ver la violencia que vive alguien en su entorno pero no la que viven en primera persona, o las situaciones donde tienen una “doble corporalidad”, en las que pierden el contacto analógico con una expareja pero lo mantienen en redes sociales “para no perder ‘likes’”.

En este sentido, Cordero explicó que una de sus investigaciones tenía relación con las aplicaciones para mantener relaciones afectivosexuales y las narrativas habitualmente violentas que se tienen en estas y otras redes sociales y que los jóvenes tienen normalizadas. Así, sus estudios identificaron que las mujeres suelen sentirse habitualmente más vulnerables en estas aplicaciones, sobre todo en contextos de relaciones heterosexuales, donde algunas reconocieron haber vivido situaciones de violencia de género.

“Hay hombres que les entran a chicas por redes sociales directamente enviándoles fotos de sus penes erectos o bien con mensajes que las violentan, y eso es casi un delito, pero es habitual. Entonces, teniendo tan normalizada la violencia, si para entrarte te dicen ‘qué pasa, guarrilla’, ¿Qué pasaría en una discusión, hasta dónde subiría el tono?”, reflexionó la docente, incidiendo también en las fotos sexuales que se comparten en contextos íntimos y que, a posteriori, pueden ser objeto de coacciones.

Por último, la docente resaltó ciertas tendencias de control en las relaciones entre jóvenes que muchos de ellos no entienden como violencia. Entre ellas, se encontrarían los celos “como prueba de amor”, compartir las contraseñas de las redes sociales “para que ambos tengan acceso a las del otro” o el uso del teléfono móvil de la otra persona “para que no me oculte nada”, perdiéndose, a juicio de Cordero, “todo espacio de privacidad dentro de la pareja”.

Se trata de situaciones que, según manifestó, se deben a que se haya reducido la edad en la que se tienen las primeras relaciones afectivosexuales y, por ello, a que les resulta mucho más complicado saber qué están viviendo. A su vez, también se debe, según la docente, a la falta de referentes o a “tener a iguales como referentes a través de las redes sociales”.

(SERVIMEDIA)
25 Nov 2021
SDM/clc