Los hechos, según informa FAMMA, ocurrieron el pasado mes de julio cuando "una mujer con esclerosis múltiple y retraso psicomotor vio como en la misma puerta de embarque le denegaban el acceso al vuelo de la compañía Vueling que le tenía que llevar a Madrid desde Lanzarote alegando que presentaba síntomas de embriaguez".

La pasajera reclamó a la Agencia Estatal de Seguridad Aérea (AESA), que ha archivado el caso alegando "que la compañía aérea había presentado pruebas suficientes que le daban la razón, cuando en ningún momento se le realizó a la afectada un test de alcoholemia que confirmara las acusaciones. Un acto que demuestra carencia de rigor y falta de profesionalidad de la AESA", denuncia FAMMA.

Este Federación asegura que un informe médico realizado por el Centro de Salud de esta mujer confirma que R.C.M. tiene "una minusvalía del 66% a causa de una esclerosis múltiple (EM) y de un retraso psicomotor (…) La EM le ha producido diplopía con frecuentes mareos, vértigos y sensación de inestabilidad, que asociada a una hipoacusia crónica (lleva prótesis auditiva bilateral) le ocasiona con frecuencia episodios de inestabilidad. No constan ningún antecedente de consumo de tóxicos y jamás en los años que lleva en este centro de salud ha acudido en situación de embriaguez".

FAMMA-Cocemfe Madrid considera que la resolución de la AESA "carece de total credibilidad y reclama una revisión del caso adaptándose a la realidad probatoria del mismo, ya que parece que las pruebas presentadas por la afectada no han sido tenidas en cuenta, mientras que por el contrario han cobrado mayor importancia las “no pruebas” de la compañía aérea".

Ante la gravedad del caso, la Federación madrileña pide a las autoridades competentes no sólo una sanción acorde al reglamento previamente referido, sino que actuen con todo el rigor necesario y acogerse a la Ley de igualdad de oportunidades, no discriminación y accesibilidad universal de las personas con discapacidad, lo que podría suponer para la compañía una multa de hasta 1.000.000 de euros.

FAMMA concluye que estos hechos representan "una flagrante vulneración de los derechos fundamentales de no discriminación a las personas con discapacidad, demostrando además una intolerable falta de respeto y un amplio desconocimiento de la enfermedad y los trastornos que acarrea".