Salud
El 43% de las personas atendidas por Cruz Roja en España experimentaron preocupación durante el confinamiento ocasionado por la pandemia
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El 43% de las personas atendidas por Cruz Roja durante la pandemia experimentaron, “siempre” o “casi siempre”, preocupación durante el confinamiento, según se desprende de un nuevo estudio que publicó este lunes la Federación Internacional de Sociedades de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja (Federación Internacional).
Su conclusión más importante es que las mujeres, las poblaciones urbanas y las personas en desplazamiento se han visto afectadas de manera singular y desproporcionada por las devastadoras consecuencias socioeconómicas derivadas de la pandemia de Covid-19.
En este sentido, Cruz Roja Española resaltó que en España, durante el confinamiento inicial aumentaron los niveles de ansiedad de la población. Y es que, según una encuesta realizada a unas 1.500 personas, todas ellas atendidas por la organización, el 43% de las personas beneficiarias de su asistencia experimentaban preocupación “siempre” o “casi siempre”. El 29% se sentían tristes, y el 25% de ellos afirmaron sentirse deprimidos. Además, el 34% señaló que tenía dificultades para dormir “siempre” o “casi siempre”.
“Las causas subyacentes de estos problemas no están claras, pero es probable que, en muchos casos, el estrés provocado por la pandemia exacerbara los síntomas preexistentes”, explicaron desde Cruz Roja.
En este sentido, resaltaron que las personas que eran nuevas beneficiarias de la asistencia de Cruz Roja desde el comienzo de la pandemia informaron de esos síntomas en mayor medida que las personas que ya recibían esa asistencia antes de la pandemia; lo que implica, a juicio de la entidad, que se volvieron vulnerables a causa de la pandemia por estar sometidas a mucho estrés, poco acostumbradas a sentirse inseguras y alarmadas por tener que depender de la ayuda de otros.
El nuevo estudio de la Federación Internacional pone también de manifiesto la magnitud de las consecuencias secundarias de la pandemia para las personas y las comunidades, pues la crisis ha conllevado el aumento de los niveles de pobreza y desempleo, la agudización de la inseguridad alimentaria, el aumento de los niveles de vulnerabilidad ante la violencia, un descenso en la educación, y la reducción de oportunidades para los niños, al tiempo que ha exacerbado los problemas de salud mental.
“Nuestra investigación demuestra algo que se sospechaba y se temía desde hace algún tiempo, esto es, que las consecuencias secundarias adversas de esta pandemia han perjudicado el tejido social de una manera que permanecerá perceptible durante años, cuando no decenios, en el futuro. Quienes ya eran vulnerables debido a conflictos, al cambio climático y a la pobreza, se encuentran al borde del precipicio. Muchas de las personas que antes podían resistir a las crisis son ahora vulnerables y necesitan asistencia humanitaria por primera vez en la vida”, señaló el presidente de la Federación Internacional, Francesco Rocca.
La investigación de la federación internacional se desarrolló en buena parte de los territorios en los que actúa, con especial incidencia en diez países. Así, de ella se extraen datos reveladores sobre personas de Afganistán, Colombia, El Salvador, España, Filipinas, Iraq, Kenia, Líbano, Sudáfrica y Turquía.
De ella se extrajo que, en general, las mujeres acusaron efectos más significativos que los hombres en lo que atañe a sus ingresos, riesgos más elevados ante la COVID-19 debido a sus funciones de cuidado de otras personas, una mayor exposición a la violencia sexual y por motivos de género, y efectos en su salud mental.
La pobreza aumentó en las zonas urbanas, en ciertos casos, a un ritmo más acelerado que en las zonas rurales. Las personas en desplazamiento fueron más proclives a perder su empleo, o a una reducción de horas de trabajo, durante la pandemia y fueron objeto de amplio olvido en las medidas oficiales de protección y salvaguarda. Además, la falta de preparación dificultó la configuración de una intervención integral por parte de los países ante lo que se ha convertido simultáneamente en una emergencia de salud pública, una sacudida económica mundial, y una crisis política y social.
“En calidad de agentes de primera intervención a nivel comunitario, las Sociedades Nacionales de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja de todo el mundo han colmado los vacíos en esta reacción. Habida cuenta de su profundo conocimiento de las desigualdades existentes y de los cauces que las perpetúan, se encuentran entre los agentes que gozan de mejores condiciones para ayudar a las personas a recuperarse de los perjuicios causados a sus medios de vida, su salud y la educación. No obstante, necesitarán apoyo adicional, tanto político como financiero, para continuar con esta labor”, añadió Rocca.
RECUPERACIÓN DESIGIAUL
El informe denota también que el mundo se encamina a una recuperación en extremo desigual, dependiendo de la equidad y de la eficacia de los programas de vacunación. De esta manera, la entidad incidió en la necesidad de un reparto equitativo de las vacunas niveles, y alertó de que, “de no hacerlo, agravaría, prolongaría, o exacerbaría las repercusiones de esta pandemia”.
“Las personas deben abrir los ojos y tomar conciencia de lo que ocurre a su alrededor, y dejar de lado las palabras para concentrarse en la acción. Caso contrario, existe el riesgo de que la recuperación tras la pandemia de COVID-19 sea tan injusta y desigual como las repercusiones de esta en sí”, concluyó Rocca.
(SERVIMEDIA)
22 Nov 2021
SDM/gja